Desde que llegaste a mi vida
Desde que llegaste a mi vida
Por: Afrodita
Prólogo

Prólogo

¿Por qué cada vez que me enamoro los hombres me tratan como si yo no fuera suficiente para ellos? Como si me faltara algo que tal vez encuentran en las demás. Desde que lo conocí a él, pensaba que todo mi mundo sería distinto, pensaba que él sería distinto a los demás que ya había conocido, pero me equivoqué. Otra vez puse mis ojos en alguien que no valoro mis sentimientos ni por una vez. Bien dicen que las apariencias engañan y yo me dejé engañar por tonta.

Al principio cuando lo conocí aquel día ambos nos llevábamos muy bien, tanto que conversábamos por horas y hasta nos reíamos juntos por cualquier cosa que nos pareciera chistoso. Incluso en cada reunión que organizaba su familia yo estaba ahí solo por él y nos la pasábamos pegados el uno al otro como si siempre hubiese algo más. Algo más que solo veía yo debido a que él pensaba diferente, así que, como comprenderán, mi corazón en cada ocasión que pasaba cerca del suyo se enamoraba por segundos, hasta que ya no hubo marcha atrás. Sin embargo, todo eso cambio luego de aquel viaje a la isla y desde entonces ya no he vuelta a ser la misma.

En esa ocasión me di cuenta de que mi supuesto príncipe azul, el mismo que me había hecho sentir que yo era especial y única con solo mirarme, en realidad no era más que otro idiota disfrazado de santo que permitió que soñara con una vida a su lado para luego tirarme de la nube en la que estaba de manera cruel. Aún recuerdo claramente sus crueles palabras y la rabia recorre todo mi cuerpo por completo al darme cuenta de que soy una idiota.

Recuerdo …

Miraba la tranquilidad del mar mientras estaba sentada en la arena y me fascinaba ver como las olas rompían en la orilla una y otra vez. Eso sin contar que la brisa fresca jugaba con mi pelo de manera delicada y refrescaba mi rostro haciéndome sentir increíble relajada. Nada que ver con los últimos días de escuela que me han tenido en estrés total.

- ¡Así que aquí estabas! Te estuve buscando por todos lados y no daba contigo - dice Max totalmente de la nada, quien se sienta a mi lado sacándome de mis pensamientos.

- Bueno ya me encontraste ¿Para qué me buscabas? ¿Ya terminaron todos de burlarse del pobre Iván? Le han estado haciendo la pelota toda la tarde.

- Pues sí, ya acabamos por el momento. Cristal se está encargando de quitarle lo que le queda de resaca y seguramente la pasaran muy bien juntos ahora que comienza su luna de miel.

- ¡Maravilloso! Me alegro por ellos, sin embargo, las palabras dichas anoche por tu hermano fueron muy bonitas y de paso muy valientes. Ojalá yo tuviera a alguien en mi vida que también me quisiera de esa manera y con esa intensidad. Daria lo que fuera por un amor tan bonito – digo de la nada, para luego mirarlo directamente a los ojos.

- No digas eso, estoy seguro de que ya tienes a alguien que se muere por ti y tú solo no te das cuenta. A veces los hombres podemos ocultar muy bien nuestros sentimientos para que nadie los descubra. Si no mira el ejemplo de mis hermanos, ellos son de los que ocultaron sus sentimientos y al final terminaron más que enamorados – dice mientras me acaricia la mejilla y yo siento que solo con eso mi cuerpo completo vibra.

- ¡Max! ¿Tú serías ese alguien que en secreto se muere por mí? ¿Si yo te dijera que estoy perdidamente enamorada de ti serías ese hombre que me haría sentir especial? Solo quiero saberlo porque creo que es obvio que yo siento cosas por ti.

El silencio se hizo presente entre los dos y él simplemente no dijo nada, el silencio solo reino por unos momentos hasta que al parecer decidió hablar al ver la expresión de angustiada de mi rostro.

- Ginebra lo siento, de verdad que lo lamento, pero yo no puedo ser esa persona de la que hablas. Yo de verdad te aprecio como la buena amiga que eres, pero es que no sé qué decirte. Ante todo, quiero que sepas que no es por ti que digo esto, sino por mí. Tú sin ofenderte no eres mi tipo de mujer y aparte todavía eres una niña, eso sin contar que eres la hermana de mi futura cuñada. Así que yo solo te veo como a alguien más de la familia y no estoy interesado en ti de la manera que tú quieres. Lamento mucho que hayas confundido las cosas entre nosotros de esta manera, pero espero que esto no nos afecte. No quisiera perder tu amistad.

No lo podía creer, nunca nada en la vida me había dolido tanto como esas palabras que me lastimaron como nunca ese día y todo por lo ridícula que me sentí ¿Qué no era su tipo de mujer? ¿Qué yo era una niña para él? ¿Qué me veía solo como a una buena amiga? Ni siquiera entiendo por qué me afecta tanto sus palabras todavía, si en un primer lugar esa no es la primera vez que las escucho, ya que al parecer hoy en día todos los hombres dicen lo mismo. Solo están interesados en las chicas con experiencia en la cama y los verdaderos sentimientos los dejan de lado como si no valieran nada creyendo que el sexo lo es todo en la vida. Sin embargo, aún sigo recordando todo lo que paso y me sigo llenando de rabia.

- Max solo voy a hacerte una pregunta antes de irme y espero que me contestes con la verdad, creo que es lo menos que me merezco. Cuándo te refieres a que soy una niña lo dices porque aún soy virgen ¿Cierto? Ningún chavo a esta edad sabe cuál es su pareja perfecta porque solamente piensan en sexo como tú y andan buscando solo chicas con experiencias que no les causen dificultades en la cama ¿Me vas a contestar esta pregunta o prefieres seguir callado como hasta ahora? ¡Claro! ¡Que imbécil soy! Tu tipo de mujer perfecta deben de ser las que ya han experimentado por lo menos con medio mundo porque para ti es más importante una cama que algo más. A lo mejor si yo también me vuelvo una cualquiera como esas chicas que seguramente acostumbras a frecuentar, quien quita y comienzo a llamar más la atención de ustedes los hombres.

- No digas esas cosas ni en broma Ginebra y no te compares con ninguna otra mujer. Tú eres una chica de buen corazón y pura, que nada tiene que hacer pensando de esa manera tan equivocada. Además, yo no dije esas palabras que tú acabas de mencionar como para que pienses que no estoy contigo solo porque eres virgen. Esas ideas solo las estas poniendo tú en tu cabeza y no te hacen nada bien.

- Y de qué me sirve a mí que me digas todo esto si al parecer el hecho de ser virgen espanta a todos los hombres de hoy en día ¿Sabes algo Max? Estoy cansada de esta m****a, tú no eres el primero que me dice palabras de consuelo como esas, pero en parte debo decirte que tú no tienes la culpa de lo que está pasando porque esa solo la tengo yo. Así que únicamente te voy a pedir que ya no te me vuelvas a acercar y ni siquiera me dirijas la palabra para evitar malos momentos. Además, para tu tranquilidad y la mía te voy diciendo desde ahora que ya no me tendrás que soportar a tu lado porque en unos meses me voy a estudiar a otro país. Tal vez estando lejos me vuelva una mujer de esas que todos los hombres como tu quieren para que así después ya nadie me pueda decir que no soy su tipo.

Después de decir esas palabras al parecer las intenciones de Max eran decirme que no siguiera diciendo eso, pero en vez de escucharlo solamente lo dejé con la palabra en la boca en aquel lugar. Ni siquiera una palabra de consolación deje que me volviera a decir porque no iba a permitir que supiera hasta donde me había afectado todo lo sucedido. Únicamente sé que al llegar a mi habitación y verme al espejo no pude evitar llorar, ya que me sentía una tonta por haber creído que alguien como Max se fijaría en mí. Es por eso que jure que esas serían las últimas lágrimas que derrame en mi vida por culpa de un hombre; nunca más dejare que mis sentimientos se confundan por más que mi corazón me traicione.

Fin del recuerdo …

Que rabia siento hacia mí misma porque a pesar de mi indiferencia hacia Max después que fui rechazada por él y luego de todas mis malas contestas cada vez que este intenta hablarme para según dice tratar de tener mi amistad otra vez. Pues ahora resulta que, por casualidades del cruel destino, para mí pesar lo tendré que soportar en la universidad gracias a que vamos a la misma. Además, para colmo también tendré que verlo con cuanta zorra se le cruce por delate y sentiré que las palabras de aquella noche se clavaran en mi alma como un puñal cada vez que me cuenta lo tonta que fui. Como si no fuera suficiente con tenerlo como parte de familia por el resto de mi vida.

Respiro profundo porque no voy a dejar que esto me afecte una vez más. Tal vez reaccioné mal al principio cuando dije que quería convertirme en una mujer que no soy, ya que después de que pensé con la cabeza fría me di cuenta de que eso no valía la pena. Sin embargo, eso no me va a impedir buscar al hombre que verdaderamente se muera por mí y me haga sentir especial solo con mirarme a los ojos. Así que por mi parte Max saldrás de mi vida y de mi corazón para siempre como si fueras una molesta piedra en mi zapato que jamás debió de estar.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP