Capítulo27
¡Le dio un bofetón, agudo y veloz! En el acto, el guardia de seguridad fue derribado al suelo, ¡con los dientes esparcidos por todas partes!

Ante la mirada de todos, se agachó para recoger la tarjeta Águila que había sido arrojada al suelo. La limpió con su propio traje, suspiró, y la entregó respetuosamente a Lorenzo.

—¡Lo siento, señor Reyes! Este guardia es nuevo y aún no entiende las reglas. Lo ha ofendido. Como propietario de la residencial Costa Dorada, ¡tiene usted el derecho de tomar cualquier medida contra él!

¡Las palabras cayeron! ¡Todo el presente quedó en completo silencio! La gente estaba atónita.

El dueño de la residencial Costa Dorada era, ¡Lorenzo!

Rosa estaba ansiosa: —¿Cómo es posible? Él es solo un…

Ella quería seguir hablando, pero fue fuertemente tapada por Mónica. ¡Porque una mirada aterradora ya los estaba mirando fijamente!

El gerente escaneó a todos con una mirada fría: —El señor Reyes es la figura más elevada aquí. Si alguien se atreve a no mostrarle respet
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