—Ella te insultó a ti, insultó a la compañía. Señorita, ¿qué harías si fueras yo? —le preguntó Lorenzo sin mostrar emoción alguna.

Esa pregunta dejó a Yelena sin palabras por un breve momento. Finalmente, se enojó y respondió:

—¡Bien! Se merecía ser reprendida. Pero dime, ¿qué hacemos con la transmisión en vivo? ¡Faltan menos de cinco minutos para empezar y no tenemos a nadie más que pueda reemplazar a esta presentadora! ¿Sabes muy bien cuánto esfuerzo ha puesto toda la empresa en este debut en vivo? ¡Actuar impulsivamente como tú solo arruinará los grandes esfuerzos de todos! —Ella estaba totalmente frustrada y furiosa.

Pero Lorenzo sonrió muy despreocupada.

—¿Qué más da? ¿No podemos encontrar a otra persona para la transmisión en vivo sin esa desgraciada?

—Es muy fácil decirlo. Entonces, ¿por qué no encuentras a alguien ahora? —Yelena estaba cada vez más molesta.

—Pienso que ella está bien —le dijo Lorenzo señalando precisamente a una asistente poco llamativa con muchas pecas que