Las jaulas empezaron a temblar y Luna agarró el cuerpo de Gabriel temiendo que se pudiera hacer daño. Era el único al que podía agarrar, Chamuel, Rafael y Zadquiel estaban en jaulas separadas y todas se movieron al tiempo elevándose en el aire.
Unos extraños mecanismos los impulsaban desde abajo como unas plataformas. Las jaulas quedaron enfrente de un aro metálico en cuyo centro había una especie de cristal de gran tamaño y color blanco.
-Algo que aprendí a lo largo de mi vida fue que para obtener el poder hay que sacrificar muchas cosas, pero en algunos casos aunque hagas sacrificios el poder no vendrá a ti voluntariamente, por eso hay que arrebatarlo…
La voz resonante de Larissa terminó de
Luna vio como Gabriel ascendió hasta la altura a la que estabas las jaulas unos 4 metros sobre el suelo y la idea de que con alas se vería espectacularmente hermoso pasó por su mente, así como los recuerdos de Nanna donde alguna vez Gabriel y los demás tenían alas hermosas sobre su espalda antes de que sufriesen el castigo.Gabriel fácilmente abrió las puertas del extraño metal donde estaban encerrados los demás.Al primero que sacó fue a Chamuel y lo puso al lado de Luna.Chamuel al igual que Gabriel cuando fue sacado de la jaula estaba desorientado y débil. El rubio quien siempre tenía una presencia imponente y poderosa ahora se veía apagado mientras trataba de ver a
Zadquiel estaba ahora en el regazo de Luna, quien pensaba con detenimiento cómo podría hacerlo beber su sangre. Intentó aplicar la misma estrategia que con Rafael, pero extrañamente el pelirrojo aún inconsciente no abría la boca ni un centímetro por lo que Luna terminó desperdiciando un corte nuevo que se hizo en la palma de la mano.Lo único que se le ocurrió, aunque no sabía si funcionaría, era poner su muñeca abierta sobre su boca ayudándose de los dedos para abrir sus labios lo suficiente, de esa manera la sangre entraría de una forma u otra en la boca del pelirrojo.Poniendo manos a la obra se sintió bastante extraña cuando tuvo que usar los dedos de su otra mano para obligar a la boca de Zadqu
~Hace poco tiempo atrás~Dimas y Giselle fueron transportados al último nivel.Allí estaban los vampiros que no habían sido enviados a enfrentar al Dios Chamuel.Larissa había estado actuando muy extraño y la confianza que tenía en su plan parecía haberse evaporado de un momento a otro.Era la primera vez que Dimas veía a Larissa en el estado en que se encontraba actualmente. Su rostro siempre sereno, burlesco y altivo estaba surcado por la preocupación cuando se arrodilló con prisa al lado de Giselle quien daba sus últimas respiraciones en medio de un charco de sangre.-¡Esto no puede estar pasando!- gruñó entre dientes.Las ataduras de Dimas se soltaron gracias a uno de los vampiros allí reunidos mientras Dimas veía como la presteza y rapidez co
El primer impulso de Zadquiel fue maldecir.Había sido transportado en el momento en que saltó sobre el rubio que cargaba a Luna. Su plan de salvarla sin contratiempos se había arruinado.Ahora había aparecido no sólo él sino Luna y también el rubio en un lugar que había esperado no volver a ver en su vida.El salón enteramente blanco cuyos asientos de gran tamaño alineados hacia un gran ventanal parecía no haber cambiado en milenios.Frente a él estaba Enki.Zadquiel no podía creer lo que sus ojos le mostraban. Después de miles de años desde el castigo, en su mente
-Algo como esto ciertamente es… bajo.Zadquiel no tenía una idea de lo que Enki estaba hablando. De por sí los Creadores siempre parecían estar hablando para sí mismos de forma reflexiva cuando se encontraban frente a criaturas inferiores. Estar ante la presencia de un Creador era difícil por la energía que el cuerpo debía soportar. El pelirrojo podía sentir en su pecho el peso de lidiar con aquello y la opresión en sus pulmones por tomar cada vez un aliento. Su antigua condición de Guerrero Celestial era lo que le permitía mantenerse cuerdo y, oprimido por aquellas viejas costumbres de su antiguo modo de vida, se mantuvo en silencio al lado de Luna, que permanecía inconsciente.-Una especie creada de la nada como un espejismo… No tuve que mirar mucho en su origen para notarlo: lo egoísta de su existencia. Aun al
~En el Satélite Lunar~La mirada de Enki se paseaba casi perezosamente por el ventanal exterior. Más allá de aquella sede que prácticamente estaba olvidaba se veía el horizonte lunar y en las lejanías las sombras del Planeta en que alguna vez puso su esfuerzo por verlo prosperar: La Tierra.La construcción en que se hallaba era una antigua base de investigación que utilizaron como primer asentamiento durante las exploraciones espaciales que llevaron al descubrimiento de aquel planeta lleno de potencial.Se parecía mucho a su planeta originario, salvo algunas diferencias de proporciones y el fluir de la energía. La Tierra era como un cascarón vacío que él quiso llenar de vida y poder por sus propios medios. Pero todo aquello había sido infructífero y una pérdida de su tiempo.
~Luna~Cuando abro los ojos una cálida brisa me arropa y el vaivén de la hamaca donde estoy me invita a quedarme otro rato tumbada.Los rayos del sol bañan todo frente a mí y me tapo con un brazo los ojos viendo en la lejanía el oleaje del mar meciéndose constantemente.Se siente tan pacífico.Me levanto de golpe al recordar todo.¡No debería ser pacífico!¡Los vampiros! ¿Dónde están los chicos? ¿Se encuentran bien?Aquellas preguntas inundan mi mente. Un ruido detrás de m&i
Me tomó toda la mañana lograr tranquilizar mi estado. Rafael y los demás me ayudaron a concentrarme lo suficiente para no dejar que la sobrecarga de estímulos auditivos y visuales me abrumara, pero actualmente me encontraba sentada frente al mar con temor de tocar cualquier cosa. Había descubierto después de intentar tomar varias cosas, que mi fuerza ahora era monstruosa y cualquier mínimo toque mandaba a volar o destrozaba directamente con lo que hacía contacto.Después de fracasar intentando recoger escombros que desintegraba o destrozaba aún más Chamuel me recomendó mantenerme sentada y tranquila.El oleaje del mar era ensordecedor y aun podía escuchar como entre Chamuel, Rafael y Zadquiel intercambiaban palabras a la vez q