Capítulo 4
Al cabo de una hora desde que entré, Manuel seguía sin volver.

—¿No viene nadie a recogerte? —preguntó la enfermera nuevamente, y fue entonces cuando decidí llamar a Manuel.

Él había olvidado por completo que me había acompañado al hospital.

—Lo siento, Liana, Camila se sintió mal de repente, así que la llevé a casa primero...

Antes de que terminara de hablar, escuché una voz admirada al otro lado del teléfono:

—¡Tu esposo es tan bueno contigo! Apenas supo que te gustaban, compró todas estas flores.

Se oía la voz de Camila cerca.

Aunque Manuel rápidamente se alejó, alcancé a escuchar claramente.

—Está bien —respondí.

Apenas colgué, Manuel me envió un WhatsApp:

[Amor, te explicaré esto cuando regrese a casa.]

Explicaciones: el nacimiento de otra mentira.

Tomé un taxi y regresé a casa apoyándome en las muletas.

Esa noche, no recibí ninguna explicación.

Manuel tampoco volvió.

Acababa de terminar una reunión con un cliente extranjero y envié el plan promocional del primer trimestre. Mientras me frotaba los ojos cansados, apareció un mensaje de WhatsApp:

[Amigo, ¿realmente tienes algo con Camila? ¿Y qué pasa con Liana?]

Abrí la imagen. Era una captura de la red social de Camila que habían compartido los amigos de Manuel.

Una habitación llena de flores.

Camila sentada entre las flores, vistiendo el abrigo que compré para Manuel, sonriendo dulcemente.

Su descripción decía: [Después de tantas vueltas, sigues siendo tú.]

En el reflejo de la ventana se veía la silueta de Manuel tomando la foto.

Me di cuenta de que había iniciado sesión en el WhatsApp de Manuel.

Manuel respondió desde su teléfono: "¡No bromees!"

Su amigo le envió un emoji.

Apagué la computadora y dormí profundamente.

Tres días después, presenté mi carta de renuncia y todos los proyectos pendientes a mi jefe.

El jefe lamentaba mi partida, pero se alegraba por mí.

—Liana, has estado conmigo desde que te graduaste, realmente odio verte partir, pero solo puedo felicitarte por encontrar tu felicidad.

Mi jefe y varios gerentes me invitaron a una cena de despedida en el restaurante donde Manuel y yo tuvimos nuestra primera cita, al que también veníamos en cada aniversario.

Manuel solía decir: [Bebé, cuando te proponga matrimonio, definitivamente vendré aquí, porque tiene la vista nocturna más hermosa de toda la ciudad!]

A mitad de la cena, salí para pagar discretamente la cuenta. Al doblar la esquina, me encontré con Camila.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP