Capítulo 400
Después de despedirme de mis colegas, seguí caminando hacia la salida cuando de repente alguien me dio una palmada en el hombro desde atrás.

Me giré y, al ver ese rostro, un mal presentimiento surgió en mi interior. —Antonio, tú... mmm...

Apenas había comenzado a hablar cuando él me tapó la boca.

No lo hizo directamente con su mano, sino con un pañuelo que sostenía.

En ese instante, innumerables pensamientos aterradores cruzaron mi mente.

Drogas para dejarme inconsciente, una posible violación, incluso asesinato...

Por alguna razón, mis sospechas sobre las intenciones malvadas de Antonio no tenían límites.

Sin embargo, en cuestión de segundos, perdí completamente la consciencia y caí en la oscuridad.

————

Cuando desperté, abrí los ojos y me encontré rodeada de oscuridad total, sin saber dónde estaba.

Al moverme ligeramente, me di cuenta de que tenía las manos y los pies atados.

—¿Ya despertaste? Bastante rápido —una voz familiar sonó cerca de mi oído, sobresaltándome y erizando mi piel
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