Capítulo 305
—Ya está... Jimmy nos está mirando, se está riendo de ti —bromeé, alzando la barbilla porque me abrazaba muy fuerte.

Solo entonces me soltó, me pellizcó la mejilla y subió al auto.

Lo vi alejarse con una sonrisa en los labios, anticipando con ilusión nuestro encuentro de la noche.

Al darme la vuelta para ir al estacionamiento, alcé la vista y me encontré con la última persona que quería ver.

Antonio.

Sentado en su silla de ruedas, empujado por su secretario, venía hacia mí.

Me quedé paralizada, mi expresión se ensombreció mientras pensaba rápidamente en el motivo de su visita.

Pasado mañana comenzaba el juicio de mi caso contra Claudia.

Seguramente venía por eso.

El atardecer caía y el viento frío soplaba.

Su expresión era más sombría que el cielo en ese momento.

—María, eres una sinvergüenza. Todo internet te está insultando y tú te atreves a mostrar tu amor en público —se detuvo a unos pasos de mí, sus palabras destilaban veneno.

Pero después de tantos días escuchando insultos mil ve
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