Capítulo 309
Me acabé el desayuno y aún tenía que arreglarme, así que pensé en decirle a Lucas que se fuera primero.

Pero dijo que me esperaría para llevarme al trabajo.

—Si me llevas, ¿qué haré para volver a casa por la noche? ¿Tomar el metro? —pregunté parpadeando confundida.

Lucas respondió molesto:

—Si te llevo, ¿crees que te dejaría volver en metro? Por supuesto que vendré a recogerte después del trabajo.

Me quedé sorprendida.

Sonrió y dijo:

—Como hombre, ¿no es lo mínimo llevar y traer a tu novia del trabajo? ¿Tan bajas son tus expectativas con los novios?

Me mordí el labio, sin saber qué responder.

Nunca había tenido este tipo de atenciones, llevaba años acostumbrada a valerme por mí misma.

Lucas pareció notarlo, se acercó y suspiró con ternura:

—Pobre chica. Por suerte, ahora me tienes a mí.

Sonreí levemente y dije con algo de pesimismo:

—¿Pero qué haré cuando me acostumbre a tus atenciones y ya no estés?

La costumbre puede ser terrible, es como dice el refrán: es más difícil adaptarse a me
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