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Capítulo 6: Una visita al futuro.

—De hecho, aprovechando que las tengo aquí, tengo dos noticias que darles... una buena y una mala...—sonríe mientras coloca en la mesa unas bolsas que trajo de Walmart.

—¿Y sobre qué es, mamá?—inquiere Johanna mientras se sienta en las sillas que están en la barra.

—Si, estamos ansiosas por escucharlo...—agrega Nataly sin mediar expresión y un poco desconectada de la realidad.

Paola ve a Nataly con una mirada de enojo. —Seguramente estás en tus días para responder así... —agrega mientras abre el refri.

Johanna voltea a ver a Nataly y ella solamente se sienta y sonríe.

—No podré llevarlas a la escuela ya, estaré trabajando y tal vez, salga de la cuidad por unos días, estaré trabajando desde las 8 AM hasta las 6 o tal vez 8 Pm, su padre saben que tiene el mismo horario y a veces llega aún más tarde... así que ahora más que nunca, deberán hacer comida ustedes... y por favor, respeten las reglas de no meter a nadie, lo que me lleva a ti...—ve a Nataly. —¿Cuándo nos presentarás a tu novio?—pregunta con una mirada penetrante.

Nataly hace una mueca de descontento. —Para el.. próximo domingo...—responde para después tomar agua con algo de nerviosismo y su cabeza yendo a mil por hora sobre los posibles finales que tendría esa presentación.

—Bien... lo anotaré en mi agenda... de verdad quiero conocerlo, tu padre seguramente también, supongo que estará emocionado por ello—responde la madre mientras termina de acomodar los artículos que compro en Walmart y mientras Johanna le ayuda.

—Si, ¿verdad?—finge una sonrisa.

—¿Y sobre qué es la otra noticia?—inquiere Johanna demostrando duda.

—Yo creo que la buena noticia, es que su primo vendrá de visita, su primo Cristhian—ríe. —Su amado primo... se quedará con nosotros por unas semanas, ya que su madre saldrá de la cuidad, pero aún está por confirmarme, aunque creo que es seguro que sí vendrá

—¿Y por qué aquí?—pregunta Nataly. —O sea, que no se puede ir con su madre... con mi tía...—comenta un poco desorientada y pensando cómo podrá ser ese primo.

—Ay, no empieces de odiosa, solo estará aquí por unas semanas, Nataly—su madre baila los ojos.

—Está bien... y regresando al tema. ¿Entonces Nataly y yo nos comenzaremos a ir en uber a la escuela? —pregunta Johanna mientras regresa a sentarse en las sillas que están junto a la barra que da la cocina.

Su madre asiente. —De igual forma saben que los cargos y pagos están a nuestras tarjetas, solo que por favor... no se vayan lejos o hagan viajes por aquí o por allá...—se levanta de la mesa y toma su bolso.

—Aquí les entregó dinero para la semana, lo más seguro es que estemos llegando tarde, así que solo nos veremos en la noche—les entrega dinero a ambas para el resto de la semana.

—Está bien, está bien...gracias—responde Johanna.

—Hoy creo que encargaré pizza, así que ahorita llamaré para que las traigan... ¿tienen antojo de pizza o algo más?—toma su teléfono.

—Si queremos—responden al unísono.

Suben la escalera y ambas preparan su ropa para casa una darse una ducha. Johanna toma la ropa manchada por Nataly y la lleva al bote de la ropa sucia.

—Parece que ese primo es alguien odioso, ¿tienes algún recuerdo de él?—pregunta Johanna mientras revisa unas fotos en su laptop.

—Sí, muchos, y ninguno es bueno, es un fastidioso... aunque si mal no recuerdo, ya habrá madurado... no creo que haya problema, y además no se ha confirmado que vendrá—ríe un poco aliviada de la situación y esperanzada que no vendrá.

—Por 2.. también tengo recuerdos así. Pero sí, ya habrá madurado... y sí no, nos encargaremos de él...—sonríe mientras cierra su laptop.

—Ni lo pienses Johanna, no podemos matarlo—la mira seriamente y mientras cruza sus brazos.

—Ay por favor... solo fue un decir, además estamos aquí, en esta realidad con la intención de no caer más en ese tipo de cosas...—toma su ropa y se dirige a la ducha.

Nataly ríe. —Y es curioso porque un chico metido en la mafia está detrás de ti, y el hermano de ese chico, es mi novio—toma su teléfono para contestar unos mensajes de Karen.

Karen Padilla

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Karen: ¿Qué te pasaba hoy?

Nataly: Tranquila. Lo siento si fue mala onda, pero tú sabes, cosas de mujeres...🥴

Karen: Oh ya... ¿Andrés?

Nataly: Sip JAJA. Hablamos más tarde, estoy algo ocupada...

Karen: ✌️

Coloca el teléfono en el tocador y enciende su laptop para buscar una dirección en g****e maps. Su antigua casa y la casa donde vive la supuesta bruja.

Minutos después sale Johanna de la ducha.

—Oye, ¿por qué no hemos a visitar nuestros antiguos hogares?—pregunta Nataly.

—No lo sé, tal vez porque llevamos apenas unos días aquí, de igual forma, lo que espero encontrar allá es a otras personas viviendo allí, y ya...—se seca el cabello y respondo en un tono obvio.

—¿Y la casa de la anciana? O sea el árbol al que nos dijo que fuéramos...—agrega Nataly.

—No lo sé, supongo que aparecerá ese día que estemos ahí, o en realidad está ahí. No lo sé la verdad, no es algo que me interese porque supongo yo, que hasta que cumplamos el tiempo aquí, podremos averiguar sí funciona o no—se deja caer sobre la cama y toma su teléfono.

—¿Te parece si vamos mañana? Solamente caminamos por el vecindario y ya, verificamos quién vive en nuestras casas—cierra su laptop y pregunta en un tono alentador.

Johanna le voltea a mirar y nota su emoción por ir. —Como tu digas, iremos pero solo habrán otras personas viviendo ahí, no esperes encontrar algo diferente... apúrate que la pizza llegará pronto—agrega ella mientras ve como Nataly prepara su ropa para darse una ducha.

Nataly se mete a la ducha.

20 minutos después llegan las pizzas, la madre les llama y baja primero Johanna, después de unos minutos, Nataly.

Al día siguiente...

—Ya casi toca la campana para salir de clases, ¿aún quieres seguir con lo que habías dicho?—pregunta Johanna.

—Si, solamente quiero pasar por ahí, quiero salir de dudas—responde mientras guarda uno de sus libros y toma unos últimos apuntes anotados en la pizarra.

—Está bien, pediré el uber con destino para allá, así dejas de dar lata—guarda su cuaderno y espera que Nataly termine de escribir.

La campana suena y ambas salen, se despiden de sus amigas, mientras caminan Nataly tiene una llamada de Nicky.

Nicky: Princesa, ¿quieres que pase por ti?

Nataly: Amor, me iré con mi hermana, te prometo que mañana nos llevas, ¿que te parece?

Nicky: Esta bien, bye.

Cuelga la llamada. Su tono de voz dejó en evidencia su enojo.

—Ay... ahora tendré que contentarlo—camina junto con su hermana para subir al auto.

—¿Sucede algo?—pregunta al escucharla.

—Mi novio se enojo, ya que también ayer lo evité, entre comillas, quizás mañana le pida que pase por nosotras...—se acercan al auto.

—¡Chicas!—grita Damián mientras corre hacia ellas.

—Se te olvidó en el salón, Nataly—le entrega su cuaderno. —Oigan, y también quería decirles si me pueden dar un aventon, la verdad me gaste el dinero mi transporte, ¿me pueden llevar ustedes?—pregunta él. —Supongo que sí, así que de igual forma me subiré...—comenta Damián mientras sube y se coloca el cinturón de seguridad con una sonrisa.

—Pero ni sabemos donde vives—responde Nataly, ahuyentándolo a que no las acompañe.

—¿Cómo que no? Si saben, hemos ido algunas veces, pero no se preocupen, queda cerca de su casa, ¿ya lo olvidaron?—se quita su mochila y se acerca al auto.

El chofer del uber solo sonríe al ver la escena.

—Oh claro, la recordamos...—Johanna ve como Damián cruza sus manos y como Niño pequeño espera que ambas suban al auto.

Ambas se ven y sonríen.

—Dile al chofer tú dirección, primero te dejaremos a ti y después nos iremos a casa—le entrega el teléfono para que escriba su dirección y se actualice en la pantalla del teléfono que tiene el chofer.

Escribe la dirección y se dirigen allá. Durante el trayecto charlan sobre cosas de la escuela, hasta que llegan a la casa de Damián, él se despide, da las gracias y baja del auto.

En cuanto el baja del auto, Johanna reescribe la dirección de destino y la ingresa a la app de uber. —Bien, ya escribí la nueva dirección a la que nos dirigiremos—espera la confirmación del chofer.

—Perfecto, ya la recibí, queda un poco lejos, aumenta mucho el costo, ¿no importa?—pregunta al ver el destino.

—Usted no se preocupe, avance hacia esa dirección—confirma Nataly.

—No estoy muy feliz en que vayamos allá, ¿sabes que es un barrio peligroso y aún así quieres ir?—Johanna inquiere.

—Tan solo mira, en los últimos días se registró una muerte ahí..—le muestra el teléfono y la sección de noticias.

—Ay, por favor, sólo echaremos un vistazo y eso es todo, nada de que preocuparse—responde Nataly.

Johanna suspira y se coloca los audífonos mientras llegan a su destino, pero después de unos minutos de trayecto el auto logra arrullarla y queda dormida.

—Johanna... Johanna...—le toca el hombro mientras el auto se detiene.

—¿Mande?—pregunta mientras se quita los audífonos y abre los ojos un poco confundida.

—Llegamos, apúrate a bajar...—la toma del brazo y ambas bajan del auto.

—Como te lo dije, no fue buena idea venir aquí, además estoy muy cansada, quiero dormir...—bosteza.

—Cállate y vamos a mi casa, solo quiero ver quien vive ahí...

Caminan una cuadra y llegan a la casa, un auto está afuera de ella. Se acercan lentamente.

—Bien... iré a tocar y ver quien vive ahí...—comenta Nataly mientras se acerca a la casa.

—No, ¿estás loca?—Johanna la toma del brazo en un intento por detenerla.

—Solo será rápido..—se zafa.

Se acerca lentamente y toca el timbre, sale una señora de mediana edad. —Buenas tardes, ¿dime en qué puedo ayudarte?—pregunta la señora después de abrir la puerta.

Nataly de inmediato se percata que jamás en la vida ha visto a la señora que ahí le recibe. —Lo siento, buscaba a un chico llamado Daniel, pero no vive aquí, ¿o sí?—pregunta Nataly con una sonrisa.

—No, aquí no vive, chica. Solo vivimos yo y mi esposo...—responde la señora con un tono amigable.

—Gracias. Disculpe las molestias...

Nataly se aleja de la casa y se reúne con Johanna.

Johanna está recargada en una pared. —Y bien, ¿averiguaste algo?—pregunta al ver regresar a Nataly.

—Si, vive una pareja en esa casa...—responde mientras caminan hacia la casa donde recuerdan vivía la bruja.

—¿Y que más—inquiere Johanna insatisfecha por la respuesta de su hermana.

—Eso fue todo, solo quería averiguar quien vivía ahí, ahora vayamos con la bruja, si es que existe...—caminan y se detiene al ver los arbustos donde se escondieron cuando fueron perseguidos en el futuro.

—Por aquí pasamos, ¿cierto?—se detiene y se adentra en los arbustos.

Johanna le pide que salga.

—Está bien, vayamos a la casa de esa bruja, recuerdo que estaba a 3 cuadras de aquí...—se sacude un poco su ropa.

Caminan y están por llegar cuando Johanna nota algo extraño.

—¿Notas a esos chicos que vienen detrás de nosotros?

—Sí, ¿que tienen?—Nataly voltea disimuladamente.

—Nos siguen desde hace ya tiempo, no los reconozco pero creo que debemos salir de aquí, revisemos ese maldito árbol y vayámonos de aquí...—aceleran el paso para entrar a la privada donde se supone, vive la bruja.

Caminan y llegan a la casa, se llevan la sorpresa que vive una familia, pueden verlos en el patio jugando. Se acercan lentamente al árbol y este se nota que aún le falta por crecer.

—Creo que el árbol le falta por crecer, estará listo para nuestros propósitos... no hay que preocuparnos—coloca su mano en el hombro de Nataly.

Johanna le sonríe al padre de la familia, las observa al notar que están apreciando el árbol.

—Vámonos ya... saldremos de aquí y nos iremos a casa—contesta Johanna mientras salen de la privada.

—Está bien, quería revisar otra cosa pero vámonos ya...

Ambas salen caminando de la privada, Johanna saca su teléfono y se prepara para solicitar el servicio de uber cuando se ve interrumpida por unos chicos que les chiflan.

Ella simplemente les levanta el dedo y ve que se acercan lentamente, ella y Nataly se intenta mover pero otro chico llega por el lado derecho.

—Hola hermosura, ¿qué hace una belleza como tú por estos terrenos?—le pregunta mientras le toca el rostro.

—Lastima que no pueda hacerte la misma pregunta, idiota—responde y se intenta apartar.

El chico le toma fuertemente su mandíbula. —Vamos mami, te gustará...—agrega mientras acerca su lengua al rostro de Johanna.

—Oye estupido, ¿quién te crees que eres?—Nataly intenta empujarlo pero siente que le dan una nalgada.

Voltea y es otro chico que la toma por la espalda, le pide que guarde silencio mientras le toca sus pechos.

—Malditos enfermos...—le escupe al chico que sujeta a Johanna.

Este rápidamente se limpia la saliva y le da una bofetada a Nataly, haciendo que ella caiga al suelo.

Johanna intenta golpearlo pero sus intentos son nulos. De pronto aparece un chico corriendo hacia los chicos que las acosan.

—¡Hey! ¡Déjalas!...

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