Sentando en el suelo y mirando la botella, no sacaba de su mente el cómo la había tratado, el dolor que le había causado también lo podía percibir, creyó que su comportamiento fue muy duro, era notable en ella que lo amaba con todo su corazón, tanto que el mismo se dio Cuenta. Limpió sus lágrimas y golpeó el suelo con su puño, maldiciendo una y otra vez que nunca debió hablarle así, no podía con la idea de cómo ella debe estar en estos momentos sintiéndose mal, temía que ella perdiera el control y lastimara a alguien a incluso ella misma, pero no sabía que más hacer cuando no tenía ni una pizca idea de dónde encontrarla.Se levantó del suelo y se encaminó hasta su habitación para darse una ducha e ir luego a dormir, estaba agotado y cansado, y preocupado, debía al menos intentar no seguir dándole vueltas a sus pensamientos, se suponía que ya estaba encontrando la tranquilidad, hasta que Danphe volvió, ella parecía estar convirtiéndose en una maldición para él.Al día siguiente Maurici
Danphe volvió su nueva casa y tiró todo al suelo enfadada, los celos la estaban matando, no soportaba verlos juntos y sonrientes, actuando como si fuesen una pareja feliz, ella da por hecho que entre ambos ya hay una relación formal la cual debe acabar, quiere hacerlo de una manera en la que Mauricio no la juzgue, el problema es que ella no sabe cómo actuar sin causar problemas.Tomó asiento en el sofá y sonrió, volvería intentar hablar con él nuevamente de manera calmada, pediría disculpa por las cosas malas que hizo, lo deseaba de vuelta con ella, lo extrañaba con su alma, solo él podía darle esa felicidad que tanto ha anhelado en su vida así como en esos momentos que compartieron juntos. Mauricio para ella representaba un amor único e imposible de olvidar, era su hombre perfecto e ideal, no podía permitir perderlo así por nada, ni menos aceptar que otra mujer lo ame mejor que ella.—Verte llorar, me hace suponer que eres demasiado débil — comentó una voz masculina.—Llorar no te ha
—No puedo creer que me convencieras de mantener tu secreto a salvo, no sé…. Ni siquiera porque razón lo hago — comentó Martha mientras acariciaba el pecho de Mauricio.—Porque confías en mí, y sabes que evitaré que ella te lastimé.—¿Y tú confías en mí? — preguntó ella al mirarlo a los ojos.—Por supuesto, te conté mi mayor secreto — Martha se sentó en la cama cubriendo su cuerpo desnudo.—Sabes que no estoy de acuerdo, pero porque se trata de ti es que me quedo callada, conoces mi opinión.—Yo me ocupo de Danphe, en cuanto vea que no quiero estar con ella lo entenderá, no se quedará en este país por mucho tiempo.—¿La sigues amando? — Mauricio se levantó de la cama.—No hablemos de mis sentimientos.—Solo tuve curiosidad, tus ojos te delatan.—Lo que siento por ella es un error que pronto dejaré atrás.—¿Y como lo harás? — ella se acercó a él.—No lo sé, no pasaré el resto de mi vida enamorado de la misma mujer — Martha le sonrió.—Puedo ayudarte a olvidarla, no para que te enamores
—Señora, la llaman de Italia — Danphe bajó hasta la sala para tomar la llamada, sabía de quién se trataba, por lo que no dudó ni un segundo en bajar.—Hola — saludo desanimada.—No sé si molestarme contigo, o encontrar la forma de ver cómo aconsejarte para librarte de ese dolor — se trataba de Alonzo Rossi quien llamaba.—Es posible que me vaya a Italia en unas semanas, no puedo seguir aquí, es un riesgo para mí — está dando oportunidad a Mauricio de cambiar de parecer, solo se quedaría una semana más para esperar, si no cambiaba de opinión, se marcharía lejos sin decirle sobre la existencia de su hijo.—No deberías estar suplicándole a ningún hombre por amor, ni mucho menos que te perdone, no te enseñe a ser así, jamás te dije que debías doblegarte ante nadie, siempre te advertí que quien te amará en realidad te aceptaría tal y como eres, él es un cobarde, está dolido por lo que hiciste, y si no lo ha superado en este tiempo no lo hará luego. Olvídate de ese imbécil y ven — ella tomó
Mauricio jugaba con su hijo en la cama de Danphe, aquel bebé dulce y tierno no dejaba de verlo, no reía ni lloraba, solo lo veía como preguntándose quién era ese rostro nuevo que nunca antes había visto. Ella por su lado se mantenía sentada en el sofá mirándolos a ellos, estaba feliz porque tenía a los dos seres más importantes de su vida con ella, aunque sabía que esto seria por poco tiempo, porque Mauricio volvería a su hogar y ellos estarían solos nuevamente.—Háblame más sobre él — se sentía intrigado.—Es un bebé muy sano, Le gusta mucho sonreírme, es como si supiera que una sonrisa de él me reiniciaría la vida.—Tiene los ojos de mi hermana, mis padres morirán de la felicidad en cuanto lo conozcan — ella bajó la mirada.—Mauricio, sabes que eso es muy complicado, digo, que conozcan al bebé…—Deben hacerlo, es su nieto.—¿Y qué le vas a decir? ¿Qué tuviste un hijo con una criminal?—Mis padres sabían de tu existencia y de lo que sentía por ti, incluso de que sigues viva, están fu
Martha abrió la puerta de su apartamento en cuanto el timbre sonó, liberó un aire de esos que muestran molestia, pues estuvo la noche de ayer por dos horas intentando comunicarse con Mauricio y esperando por él afuera de su apartamento.—Apareciste — dijo.—Lamento no haberte llamado ayer, tuve una emergencia de último momento y…—¿Emergencia? ¿Danphe? — elevó su ceja.—No, no se trata de ella.—Odio cuando me ven la cara de tonta, sé muy bien que fuiste a verla, nadie me saca eso de la cabeza — habló muy molesta.—¿Puedo pasar? — preguntó.—Adelante — entró.—Debí avisarte, y lo siento si te hice esperar o preocuparte por mí.—Estuve dos horas buscándote como loca, espere por ti y no apareciste, entendí que estabas con ella porque cortabas mis llamadas y ni siquiera respondías mis mensajes, al rato apagaste tu celular. No sé a qué estás jugando, pero sea lo que sea, no me interesa entrar. No soy tu mujer, y quizás no represente tanto en tu vida, pero tampoco voy a compartir el mismo
—Eres lo más hermoso que me has podido pasar en la vida, y no tienes ni un poquito de idea de lo feliz que me haces cuando sonríes — Danphe hablaba con su bebé, habían pasado dos semanas desde que le contó la verdad a Mauricio, ella aún continuaba esperando por su decisión para saber que harán, ella estaba ansiosa por irse del país y estar en un lugar alejado de la ciudad donde pudiera estar en paz con su hijo, pensó en montar un pequeño negocio en el pueblo donde viviera para sostener los gastos, a pesar de que contaba con una suma elevada, quería lucir como una mujer normal, alguien que despertará cada mañana para llevar el pan a la mesa.La relación con Mauricio avanzaba mucho, estaba aceptando la idea de una oportunidad con Danphe, iba pasando poco a poco la página de lo que había hecho, y ahora pensaba era en seguir con aquellos planes que por un tiempo quedaron obsoletos, la idea de irse con ella y su hijo lo mantenía emocionado, pero el único problema, era que debía organizarse
—Este será un caso rápido, o al menos es lo que espero. Mauricio y Martha serán los únicos en entrar como encubiertos, el resto del equipo será asignado a otra operación, por lo tanto ustedes pueden irse y dejarme solo con ellos dos — comentó Dimitri y el resto salio como ordenó — Ustedes dos necesito que se infiltren en un club nocturno y consigan dar con el dueño del lugar, nuestro amigo tiene secuestrado a un político importante, pero aún no saben dónde lo mantienen, por eso, ustedes dos averiguarán dónde están, sabemos que fue en el club donde desapareció, y presentimos que el dueño del lugar tiene que ver con el secuestro, el único problema aquí es que jamás se ha sabido quien es el dueño, solo existe un intermediario que da la cara por el club, así que ustedes son los que se encargarán de darnos la identificación del dueño y la dirección de dónde se encuentra nuestro político secuestrado —entregó las carpetas.—¿Hace cuánto desapareció? — preguntó ella.—Un mes.—Es como mucho t