La noche había llegado y Danphe estaba en su habitación vestida con una bata corta de malla en espera de la psicóloga, pero la llegada de un mensaje avisando que no asistiría la hizo enfurecer, por lo que quebró en la pared de su habitación un vaso de vidrio, cerró sus ojos por un instante y cuando se sintió más tranquila los abrió, camino hasta el vestidor y buscó entre sus infinitos vestidos algo elegante y cautivador, tomó el que más sexy le pareció, salió para dejarlo en la cama, busco unos tacones bien altos, una lencería más sensual, y las prendas que usaría para adornar su cuerpo, entre ellos, la pulsera que Mauricio le había obsequiado.
Verla le hizo pensar en invitarlo esta noche, ya que si psicóloga no asistía creyó conveniente invitarlo y darle un recorrido por el casino, Mauricio la hacía sentirse diferent
—Este precio no lo va a conseguir en ninguna otra parte, menos cuando la mercancía es de gran calidad, es de las mejores en el mercado y con entrega rápida — dijo justo cuando tomó asiento sobre la mesa y frente al cliente — En otro lado puede que si la consiga más económica, pero le puedo asegurar que no será la misma calidad, yo le estoy ofreciendo algo de lo cual no se arrepentirá, si vino aquí es porque lo recomendaron, y porque quién lo recomendó quedó a gusto con el producto ¿No es así? — mordió su labio.—Es cierto, pero no termina de convencerme — Ella ladeó sus labios y enarcó su ceja.—¿Por qué razón no termino de convencerlo? — echó su cabello hacia atrás.—Porque intenta seducirme para qué le compré, señorita — Ella le sonri&o
Mauricio se estaba alistando para asistir está noche al Casino, quedó con Danphe en verse allí para conversar; la relación entre ellos era cada día más interesante y caliente, ella jugaba con los deseos de Mauricio y él no podía lograr llevarla a la cama, ella se resistía a tener intimidad con él aún, le gustaba el hecho de verlo sufrir, de verlo excitado y ansioso por comerla. Sus juegos cada vez eran más perversos, la seducción era intensa, el pobre hombre, maldecía en silencio por tener que regresar a casa con el cuerpo ardiendo, estaba harto de lo mismo, de sus juegos, de su seducción que solo le causaban dolor en las pelotas, ella lo hacía perder la paciencia y lo mandaba al baño como ninguna otra, lo hacía repetir su nombre mientras él mismo debía batirse las claras de huevos.Jayden entró en la habitación ya listo, pa
Danphe cuando entró en razón desvió la mirada, ver al único hombre que podía causar en ella pánico, no era algo que le agriaba, pero ahí estaba y no podía hacer nada, más que irse y refugiarse en su habitación a pasar el terror qué su cuerpo sentía por la presencia del que alguna vez ella llamó como padre. Recordar lo que le hacía, la perturba, y a la vez la destrozaba, siempre sintió intriga de saber cómo alguien que lleva su sangre, y que fue quien la engendró, pudo cometer tal atrocidad, no encontraba lógica a tanta maldad y sadismo, aunque una persona bajo los efectos de las drogas no controlaba sus impulsos, ni mucho menos los deseos carnales.Siguió su camino hasta el ascensor olvidando que Mauricio venía con ella, él la sostuvo de su mano y Danphe gritó que la soltará, su grito llamó la atención d
—No me esperaba tu visita tan pronto — dijo ella luego de cerrar la ducha.—Quise venir y visitarte — Emiliano le tendió una toalla.—Sabes que no debes venir aquí, es por tu seguridad — ella envolvió su cuerpo con la toalla.—Lo sé, es que necesitaba conversar contigo, tendré que volver a México por unos asuntos, así que mis vacaciones en esta bella ciudad han acabado, por supuesto volveré, me encanta ver cómo burló a las autoridades de este país en todos los sentidos, entrar a Los Estados Unidos por la puerta grande sin preocupaciones es un privilegio que no tienen los otros capos de mi país— salieron del baño.—Es una lástima que debas volver, comenzaba disfrutar de tu compañía nocturna — dijo con picardía.—Sí, es una gran lástima, pero debo atender
Besó su pierna izquierda, subió lento hasta su intimidad, allí pasó su lengua arrasando con todo su fluido, succionó leve sus labios vaginales y su clítoris, no podía negar que ella era una mujer divina, una dulzura que no podría dejar de saborear. Danphe al sentir la lengua de Mauricio moverse entre sus piernas tembló, lo hacía tan bien y con tanta delicadeza, que de inmediato Danphe empezó a sentir sensaciones extrañas en su cuerpo, cosquillas que le parecían eminente, Mauricio estaba ocasionando en Danphe maravillas inigualables, estaba siendo un caballero ante ella.Sus manos viajaron por su abdomen y subieron en busca de sus grandes senos para acariciarlos, su lengua aún seguía sumergida en su intimidad, brindándole los mejores placeres y la gran lujuria de la vida, sus vistas se conectaban a cada instante, ella entreabría y cerraba sus labios, sus manos se sujetaban de la cobija, su cuerpo temblaba por el contacto de su lengua, todo en ella se quemaba. Mauricio succionó y adentr
Danphe, miró dormido a Mauricio en su cama, hacía tres semanas desde que estuvieron por primera vez, cada día que pasaba ella se iba encariñando con él, y le daba mucho miedo enamorarse para luego tener que dejarlo, o peor aún, matarlo si algo salía mal. Mauricio por su lado estaba logrando su objetivo, ella empezaba a tener sentimientos hacia él y eso le favorecía, ella era más atenta, más dulce, más cariñosa, aunque en la mayoría de las veces seguía conservando ese lado soberbio y arrogante, la investigación iba marchando de maravilla, ya tenía incluso las coordenadas de dónde se hará gran entrega de drogas, Alexey se las está jugando toda por la operación, tanto que se arriesgó en colocar micrófonos en aquella habitación donde se reunían, Mauricio por su parte cada vez que puede, y tiene oportunidad revisa la habitación en busca de algo que lo ayude con el mexicano, pero nunca logra tener suerte, es como si buscara una aguja en un pajal. Mando a intervenir su teléfono para saber co
—¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren de mí? — preguntó un hombre mayor sentado en una silla atado a ella.—No preguntes quienes son ellos, mejor pregunta quién soy yo — Danphe hizo presencia ante el sujeto, aquel la miró confundido sin tener idea de quién era ella, no la recordaba, no podía identificar su rostro.—No la conozco — ella buscó una silla y la dejó frente a él para tomar asiento, elevó su ceja y luego sonrió, movió su cabeza de un lado y no dejó de mirarlo ni un segundo.—Si me conoces, y muy bien, solo que no me recuerdas porque hice algunos cambios en mí, para que nadie pudiera recordar quién era, yo si sé quién eres, y lo travieso que has sido a lo largo de tu vida, conozco la lista larga de jóvenes que has tomado por obligación ¿Qué sentirá hacer público la información? — el hombre abrió sus ojos.—Ni se te ocurra, tengo hijas, ellas podrían ver eso, les destrozaría el corazón — Danphe mantuvo su expresión muy serena.—¿Y crees que me importa como se sienta tu sagrada f
Mauricio se sentó un momento frente a la cartelera que poseía en el sótano de la mansión donde vivía, allí era donde tenía todos sus apuntes de la investigación, miró todo lo poco que habían logrado más los que su jefe le facilitó, Jayden, llegó con un sobre el cual contenía fotos de los hombres que Danphe había matado, ayer la siguió al punto de encuentro y espero ahí, cuando ellos se retiraron revisó el lugar y halló a uno de los violadores de ella encerrado en jaula siendo devorado por perros salvajes y hambrientos que llevaban días sin comer, recordar esa escena, ponía sus vellos de punta, era asqueroso, repugnante mirar como un hombre era devorado mientras estaba vivo.Mauricio fotografió la escena, se las mostró a Jayden y este le sugirió enviárselas a su jefe al mando, pero Mauricio no quiso aún hasta saber por qué razón ella lo asesinó, debía haber algo que la llevará a hacer tal atrocidad, y pretendía averiguarlo como sea.—¿Cuántos casos de hombres muertos a causa de una ven