Adele Smith El día siguiente es sábado, lo de estar disponible las veinticuatro horas no es broma, pero dadas las circunstancias, no me ha molestado ha tenido que hacer sus cosas solo, tocan la puerta de la habitación, mientras mi Isabella y yo jugamos ajedrez, Marie fue a bañarse ayer no lo hizo. Estoy agradecida con su amistad incondicional, y eso que tenemos poco tiempo de conocerla. Pero algo en mi corazón me dice que podemos confiar en ella. — Adelante. — Digo, sin levantar la cabeza del tablero. — Señor Cole. — Saluda Isabella y allí levanto la cabeza sorprendida, no lleva sus trajes habituales, lleva puesto un jean azul claro y una playera negra se ve bella y joven... — Le traigo un regalo a la niña más linda que se encuentra en la clínica— Dice entregándole una caja pequeña envuelta en papel de regalo dorado. — ¡gracias! — Dice ella contenta, abrazando el regalo emocionada. — Espero que te guste, la traje desde Italia. — Dice él, no sé en qué momento el compro algo a
Adele Smith Asiento, y abro las piernas para ofrecerme a él, me hace abrazarlo con mis piernas, toma su miembro y lo dirige a mi entrada, estoy tan mojada. Elevo mi pelvis para que me tome de una vez por todas, el comienza a entrar, muerdo mi labio aguantado el dolor que me está provocando. —¿Qué?— Es lo único que dice, lo miro a los ojos y le pido— No pares por favor.— El decide continuar, pero ahora tiene una mirada atormentada, ya no tenemos fuerzas a para negarnos al deseo. Siento que me rompe algo por dentro cuando logra entrar todo dentro de mí, muerdo su hombro para no gritar y el deja de moverse un instante para que me acostumbre a él, me deja sin aliento por un instante, ¡esto duele horrores! El placer y el dolor se mezclan, que no sé cuál es el que predomina mas, después de un momento inicia nuevamente sus embestidas y mi pelvis se mueve por instinto para recibirlo. Un orgasmo demoledor se forma en mi interior y me libero, pronunciando su nombre con las uñas enterradas
Adele SmithMe alejo para no enamorarme más, hacer el amor con él fue la experiencia más inolvidable de mi vida, si vuelve a tocarme, seguramente se me escapara de los labios el te amo, que quería gritar anoche.Comienzo a trabajar con una máscara de indiferencia total, voy a la oficina de Daniel, con una sonrisa triunfal, al verme pasar mis compañeros murmuran, como si fuesen llamados o convocados caminan a la oficina cabizbajos.— ¡Que día tan maravilloso! Buenos días Daniel. — Saludo entrando a la oficina en mi hora de almuerzo.—Querida, eres la mujer con más agallas que conozco. — Me dice halagándome.—Lo sé, no tengo miedo al éxito, pero no vine por eso, vine por mi botín. — Expreso. Y el sonríe—Todos te subestimamos, lo más seguro es que muy pronto seas la dueña de todo esto. — Dice el seguro.—Que poco me conoces esto no me interesa, solo he venido para que pagues lo que me debes, y por supuesto toda la lista de apostadores, son trescientos que no me caen nada mal. — Les resp
Adele Smith Desde el lunes Nicolás se comporta extraño, anda en algo misterioso que me da mala espina, no he encontrado una casa que me guste, pero me acaban de ofrecer un apartamento que reúne toda mi lista de deseos, el problema es en el mismo edificio donde vive mi jefe. Desde el lunes prescindimos de los servicio de los dos guarda espaldas, y es que ya por obra y gracia de Dios, mi angustiador murió Nicolás es el dueño de todas mis fantasías, me quedo absorta viéndole y él ni se inmuta, por mi presencia yo tiemblo por su cercanía ¡Aunque trato de disimularlo a toda costa! —Jefe su café...— Dice la nueva secretaria coqueta, yo ruedo los ojos es la sexta que conozco en lo que va del mes, sospecho que no durara una semana. —Tráigale uno a la señorita Smith por favor. — Ordeña mi jefe sin verla siquiera, ¡regalada!, ella sale contoneándose de forma exagerada mientras yo ruedo los ojos Él toma un sorbo del café y lo aparta de inmediato con gesto de asco — ¡Es asqueroso!— Suelta
Alexa Smith Me siento tan sola desde que Adele trabaja con su novio, en el pueblo trabajaba a veces, no teníamos para comer, ni para vestirnos, pero nos teníamos la una a la otra. Marie siempre está para mí, pero no es lo mismo…Me hace falta mi hermana, mi madre, mi amiga, hago mis deberes sola, puedo con eso pero no es fácil para mí. No quiero preocupar a Adele con mis cosas…Siento que todo es más importante que yo, su trabajo le quita todo el tiempo y cuando tenga hijos propios ya se va a olvidar de mí, lo sé y también se que será pronto Lloro escondidas y nadie se da cuenta, porque nadie está pendiente de mi, ella dice que trabaja para darme todo y lo único que quiero y necesito es a ella, ningún dinero en el mundo puede sustituir el amor de una madre. Ojala mi madre no hubiese muerto en el parto, ojala yo lo la hubiese matado…Por mi culpa ni Adele ni y tenemos madre, la vida es tan injusta, sigo portándome bien en la escuela y en todos lados, no quiero que Adele se arrepienta
La chica que está en la celda de al lado sale y me informa –Nueva, tenemos que ir al patio central. —. No puedo evitar fijarme en ella, es menuda y femenina pero tiene tatuajes por todo el cuerpo incluso invaden su linda cara y además lleva un corte pixie, que la hace ver genial, más que una criminal parece una top modelo. Yo asiento y la sigo en silencio, me siento débil, todas nos formamos para hacer una fila, una de las prisioneras pasa por mi lado tropezando mi hombro –Maldita mosca muerta, ¿Dónde está lo que te robaste?— Pregunta una mujer corpulenta parándose al frente de mí con actitud amenazante —Yo no robe nada, soy inocente. — Le respondo a punto de llorar, no puedo creer que nadie crea en mi inocencia, aun recuerdo el rostro de Nicolás, su mirada acusatoria. —Déjala en paz. — Dice la joven que estaba al lado de mi celda colocándose frente a mí. —Ya te enamoraste otra vez Cristal— Le dice, y yo solo me sonrojo —Eso no es asunto tuyo, si tengo o no algo con la princesa ¿t
Adele Smith — Me llevan comida a la celda y la pasan por un agujero debajo de la puerta, me siento como un perro, desvalida por completo, solo puedo pensar en una cosa, en Alexa… — Tienes visita. — Me informan apenas termino de comer, mi corazón comienza a latir fuere es como si antes hubiese estado muerto ¿Sera que Nicolás al fin recapacito?, no entiendo quien o porque me hicieron todo esto. Me llevan sujeta por el brazo, mientras trato de caminar con normalidad, tengo un morado en la frente, lo sé porque al palarme la frente me resulta doloroso, las cadenas en los pies me impiden ir más rápido, pero parece que el guardia tiene prisa, porque me lleva casi a rastras Frente al cristal no está la persona que espere, esta Marie viéndome con cara de lastima, Disimulo mi decepción y saludo, al menos nos estoy tan sola como creí. — ¿Por qué lo hiciste?— Es la primera regunta que me hace. — Tienes que creerme, yo no hice nada de lo que se me acusa. — Le digo con voz quebrada, mientra
Adele avanza hacia afuera, recibiendo gritos y calumnias de parte de todos, en ese momento desea que se la trague la tierra, no tiene idea de cuantas cámaras están grabándola en este momento, baja la cabeza, tratando de evitar la luz cegadora de las cámaras Sus ojos le pican, ya están secos de tanto llorar, tiene una semana entera llorando y es cierto lo que dijo Marie, llorar no solucionara las cosas, llorar solo la hará ver débil y esa debilidad la disfrutan sus angustiadores— Un grito, sobresale en la multitud, trato de ubicarla con la mirada ante la multitud de reporteros y periodistas — ¡Adele, yo te creo! ¡Te juro que no descansare hasta probar tu inocencia!— Asegura Marie entre la multitud, mi corazón da un vuelco, no entiendo porque ella cree en mí, pero lo agradezco infinitamente, todo apunta a mi culpabilidad. Un guardia la empuja a la patrulla policial, haciéndola tambalear y lastimarse el hombro, no era necesaria tanta agresividad, pero él y el resto del mundo opinaba