Adele Smith —No te preocupes por nada, ya Vivian sabe que vives conmigo y te traerá esta noche todo lo que necesitas, mientras tanto puedes ponerte una de mis camisas.— Responde y se da la vuelta viéndome como si quisiera comerse cada uno de mis huesitos. —No gracias así estoy bien—Contesto rápidamente para que se le quiten esas malas ideas. —Smith, no te disculpes tanto que en algún momento pagaras. — Me dice descarado, y toda clase de imágenes pecaminosas se forman en mi mente, me pregunto, si sus besos me estremecen tanto ¿cómo se sentirá caer en la tentación? Probar aunque sea una vez estar entre sus brazos, Sacudo mi cabeza sintiéndome una zorra por estar pensando en eso. —No voy a ser como mi madre, que por caprichos y calentura nos abandono a nuestra suerte, quiero un amor lindo y espero por él, porque Nick solamente e está ofreciendo un momento yo no soy una mujer para un rato. —Si ese amor llega bienvenido sea, si no prefiero quedarme sola, pienso hambrienta y me dirijo a
Adele Smith — ¿Ya se fue? Pregunta Nick, llegando hasta mí. —Si— Respondo seria. —Podemos continuar donde quedamos— Dice el y yo me coloco detrás de una mesa. —No tan rápido, mi cuerpo no está en el trato. — Le advierto. — ¿Quién está pensando en malditos tratos?, solo quiero estar contigo y sé que tu también ¿para qué te vas a resistir?— Cuestiona él. — ¿Me amas?— Cuestiono con voz quebrada —Smith ¿Quién cree en el amor en este tiempo?— Me dice como para que me baje de esa nube, el solo siente por mi deseo, pero amor, no. —Yo Cole, para estar con un hombre debo estar enamorada. — Le respondo con la mandíbula apretada. — ¿Amaste al padre de Alexa? Cuestiona el viéndome a los ojos. —Más que a mi propia vida. Respondo sincera con ganas de llorar. — ¿Por qué no está él contigo?— Pregunta burlón. —Porque está muerto. —Respondo con la voz quebrada. — ¿No has tenido sexo con nadie más? Cuestiona, viéndome a la cara incrédulo, si supiera soy tan virgen como el día en que nací. —
Adele Smith —Buen día. — Toca la puerta Nicolás, me aseguro de cubrirme con la cobija antes de decir —Adelante. — —La pasa llevando una bandeja de comida hasta la cama que hace que mi corazón salte emocionado, no puedo creer que este hombre no se dé cuenta lo que está haciéndole a mi pobre corazón. ¡Alexa se estira perezosa! y al verme a su lado me abraza como una garrapata. —Prometo que me voy a portar mejor, no te molestes conmigo. — Me dice ella con los ojos brillante. —Me alegra que recapacites. — Respondo abrazándola. —Vamos a comer que se enfría. — Nos dice Nicolás sentándose a nuestro lado. —Que rico, tu también cocinas, ¡se ve delicioso!— —En realidad, pedí el desayuno, para que tu mamá descanse un poco. — Me dice él. —Eso es lindo de tu parte. — Le respondo, apenada. —El edificio cuenta con gimnasio, por si quieres hacer ejercicio, yo entreno a veces en la madrugada cuando me quedo aquí. — me dice él — ¿Y donde duermes cuando no vienes acá?— Pregunta Alexa y me pong
Nicolas ColeÁngel maneja mi auto e Isabella va de copiloto echándole miradas a Adele que no se percata de nada, ella va observando New York, como si fuese la primera vez que lo viera, a través de la ventana del auto.Solo Ángel y Alexa sabe para donde vamos, nunca había estado tanto tiempo con un niño, debo confesar que me agrada la experiencia, a pesar de Alexa está un poco consentida es una niña muy dulce.Tal vez mas adelante decida tener hijos propios, por ahora no está en mis planes, quiero disfrutar mi vida un poco, me he dado cuenta que ya tengo todo lo que vine a buscar, pero no tengo a nadie a mi lado.Mi ex, siempre me decía que no tenía tiempo para ella, y se refugió en brazo de uno de mis conocidos.—Llegamos. — Informa Ángel, Adele y yo estamos sentados en el asiento de atrás con Alexa en el medio.—Ni, gracias ¡esto es demasiado lindo!— Dice Adele abrazándome, en realidad es un abrazo de tres Alexa está en medio de los dos.—Se lo mucho que te gustan los animales, y qu
SecretariaHoy Nicolás esta especialmente insoportable, parezco un pulpo con todo lo que me toca y a las nueve se aparece, la secretaria con unas ojeras terribles en la cara.—Estoy enferma, soy Gina. — Me dice dándome la mano.—Soy Adele, lo lamento. — Me presento, viendo la mala cara de la mujer.—Smith. — Grita tan fuerte que debe haber escuchado hasta el último empleado, estoy en el pasillo, recibiendo a la secretaria, que se sentara de ahora en adelante en la entrada de la oficina.—Infierno en el paraíso. — Se burla la asistente de uno de los socios de la empresa, pasando frente a mí con una sonrisa burlona, ruedo los ojos y entro— ¿Por qué tardas tanto?— Pregunta sin levantar la mirada del ordenador.—Llego Gina. — Respondo—Que bueno al fin alguien eficiente. —Me dice viéndome a los ojos para molestarme, pero me hago la loca, ¡no se qué rabia carga encima!—Lamentablemente está enferma. — Le respondo—No puede ser, ¿todo me saldrá mal hoy?— Se queja de exagerado.— ¿Estas pr
Adele Smith Sus besos me hacen desconectar de la realidad, si fuese consiente de algo, me fijo que hay más personas en el lugar y que no debemos dejarnos llevar por arrebatos. —Nicolás. — Susurro con los ojos cerrados, gimiendo sobre su boca. —Cuando me separo de el tengo la vista nublada por el deseo y él una sonrisa satisfecha, e siento en mi lugar afectada por ese beso, cada vez que nos besamos sube la intensidad, no sé cómo voy a hacer para evitar sentir este fuego que me quema las entrañas. —Nicolás, ¡Que sorpresa volver a encontrarnos!— Exclama una mujer voluptuosa llegando junto a nosotros. —Madeleine, te presento a mi novia, Adele Smith, Adele te presento a Madeleine, es la sobrina de mi amiga Julia. — Me dice él y ella me ofrece su mano y yo se la recibo. —Mucho gusto querida, me alegra que la saques a comer, recuerdo que nunca tenías tiempo para nadie. — Le reprocha ella, a si lado llega un hombre, lindo pero no tan lindo como Nicolás, tomando a la mujer por la cintura.
Nicolas Cole—No voy a la empresa, hoy nos toca trabajar desde acá.— Le digo a Adele.—¿Dónde estabas?.— Pregunta Alexa pero Adele solo ve la mancha de maquillaje en la camisa, a pesar de mi malestar le sostengo la mirada, ella no tiene nada que reclamarme, tengo mis necesidades, aunque ella desconoce que no están cubierta.—Con una amiga.— Le respondo con sinceridad a la niña, pero dando pie a que Adele piense lo que quiera, me encantaría verla celosa, ¡estoy enfermo!.—Nos vemos.— Susurra incomoda, si ella no quiere nada conmigo, no voy a rogarle, nunca le he rogado a ninguna mujer.—Ella se va y yo me doy un baño con agua helada, siento ganas de vomitar, y me duele la cabeza horrores.Me tomo una pastilla de dolor de cabeza, es miércoles y tengo mucho trabajo…Adele llega media hora después, no puedo conmigo mismo—Buenos días Cole.— Me saluda entregándome el café y parece una maestra estricta, me mira de forma reprobatoria.—Mi agenda.— Exijo sin verla.—En cinco minutos tienes un
Adele Smith —Bien. — Respondo seria, busco en la carta, el plato más barato, no me gusta que este gastando tanto dinero en mí, es mi jefe no mi novio. —Una ensalada cesar y un batido de fresas. — Susurro —Dos raciones de pasta con albóndigas, una botella de champaña y pastel de fresa. — —¿Vas a comer todo eso?. — Pregunto, sorprendida. —Sé que no has comido bien, no es para mí solo, si sigues comiendo como un pájaro te puedes desmayar— Me dice haciéndome boquear —¡Ya pedí una ensalada.! —Exclamo incomoda. —No te preocupes comemos juntos y ya — Me dice de lo más fresco tengo que preguntar — ¿Es en serio?— Ya me siento en deuda con él y esto es demasiado. —¿Me ves bromeando?. — Me responde, viéndome con los ojos entrecerrados. —No sé si pueda comer toda esa comida. — Explico apenada, estoy acostumbrada a comer muy poco. —No te preocupes por eso, la comida es lo mejor. — Con una sonrisa. —Querido. — Se acerca Isabella Monroe, hasta nuestra mesa ¡es la chica de la cual estuvo