SecretariaHoy Nicolás esta especialmente insoportable, parezco un pulpo con todo lo que me toca y a las nueve se aparece, la secretaria con unas ojeras terribles en la cara.—Estoy enferma, soy Gina. — Me dice dándome la mano.—Soy Adele, lo lamento. — Me presento, viendo la mala cara de la mujer.—Smith. — Grita tan fuerte que debe haber escuchado hasta el último empleado, estoy en el pasillo, recibiendo a la secretaria, que se sentara de ahora en adelante en la entrada de la oficina.—Infierno en el paraíso. — Se burla la asistente de uno de los socios de la empresa, pasando frente a mí con una sonrisa burlona, ruedo los ojos y entro— ¿Por qué tardas tanto?— Pregunta sin levantar la mirada del ordenador.—Llego Gina. — Respondo—Que bueno al fin alguien eficiente. —Me dice viéndome a los ojos para molestarme, pero me hago la loca, ¡no se qué rabia carga encima!—Lamentablemente está enferma. — Le respondo—No puede ser, ¿todo me saldrá mal hoy?— Se queja de exagerado.— ¿Estas pr
Adele Smith Sus besos me hacen desconectar de la realidad, si fuese consiente de algo, me fijo que hay más personas en el lugar y que no debemos dejarnos llevar por arrebatos. —Nicolás. — Susurro con los ojos cerrados, gimiendo sobre su boca. —Cuando me separo de el tengo la vista nublada por el deseo y él una sonrisa satisfecha, e siento en mi lugar afectada por ese beso, cada vez que nos besamos sube la intensidad, no sé cómo voy a hacer para evitar sentir este fuego que me quema las entrañas. —Nicolás, ¡Que sorpresa volver a encontrarnos!— Exclama una mujer voluptuosa llegando junto a nosotros. —Madeleine, te presento a mi novia, Adele Smith, Adele te presento a Madeleine, es la sobrina de mi amiga Julia. — Me dice él y ella me ofrece su mano y yo se la recibo. —Mucho gusto querida, me alegra que la saques a comer, recuerdo que nunca tenías tiempo para nadie. — Le reprocha ella, a si lado llega un hombre, lindo pero no tan lindo como Nicolás, tomando a la mujer por la cintura.
Nicolas Cole—No voy a la empresa, hoy nos toca trabajar desde acá.— Le digo a Adele.—¿Dónde estabas?.— Pregunta Alexa pero Adele solo ve la mancha de maquillaje en la camisa, a pesar de mi malestar le sostengo la mirada, ella no tiene nada que reclamarme, tengo mis necesidades, aunque ella desconoce que no están cubierta.—Con una amiga.— Le respondo con sinceridad a la niña, pero dando pie a que Adele piense lo que quiera, me encantaría verla celosa, ¡estoy enfermo!.—Nos vemos.— Susurra incomoda, si ella no quiere nada conmigo, no voy a rogarle, nunca le he rogado a ninguna mujer.—Ella se va y yo me doy un baño con agua helada, siento ganas de vomitar, y me duele la cabeza horrores.Me tomo una pastilla de dolor de cabeza, es miércoles y tengo mucho trabajo…Adele llega media hora después, no puedo conmigo mismo—Buenos días Cole.— Me saluda entregándome el café y parece una maestra estricta, me mira de forma reprobatoria.—Mi agenda.— Exijo sin verla.—En cinco minutos tienes un
Adele Smith —Bien. — Respondo seria, busco en la carta, el plato más barato, no me gusta que este gastando tanto dinero en mí, es mi jefe no mi novio. —Una ensalada cesar y un batido de fresas. — Susurro —Dos raciones de pasta con albóndigas, una botella de champaña y pastel de fresa. — —¿Vas a comer todo eso?. — Pregunto, sorprendida. —Sé que no has comido bien, no es para mí solo, si sigues comiendo como un pájaro te puedes desmayar— Me dice haciéndome boquear —¡Ya pedí una ensalada.! —Exclamo incomoda. —No te preocupes comemos juntos y ya — Me dice de lo más fresco tengo que preguntar — ¿Es en serio?— Ya me siento en deuda con él y esto es demasiado. —¿Me ves bromeando?. — Me responde, viéndome con los ojos entrecerrados. —No sé si pueda comer toda esa comida. — Explico apenada, estoy acostumbrada a comer muy poco. —No te preocupes por eso, la comida es lo mejor. — Con una sonrisa. —Querido. — Se acerca Isabella Monroe, hasta nuestra mesa ¡es la chica de la cual estuvo
Nicolás ColeApenas llegue con ella al apartamento, ya Alexa y su guardaespaldas están aquí y la niña hace tareas, la saludo y sigo de largo pensando en el pasillo, que De todas las mujeres, mi cuerpo y mi mente desean solo a una Adele, a este paso voy a terminar alcohólico, me encierro en la habitación bebiendo directo de la botella de vino que cogí de la cocinaMis planes se van al carajo con ella una y otra vez, si no fuese por Analia, no me entero que trabajaba limpiando casasNo debería pensar tanto en ella, ¿como una mujer tan inteligente, la promesa de ese pueblo llego a limpiar casas? Me inquieta, mientras rememoro el sabor de su boca, solo con tres malditos besos me tiene a sus pies.Me rio de mi mismo, solo la traje a mi apartamento con la intensión de tenerla cerca y propasarme con ella, solo deseo tenerla rendida ante mí.Me encanta mirarle las piernas y el trasero, en esa faldas cortas, me da rabia al pensar que solo me beso porque estaba tomada, apenas sentí su pecho
—Solo inténtalo.— Le reto insegura…¡Mi jefe es un grano en el culo con lo de la impuntualidad! y voy tarde, por culpa de este viejo verde Tal vez Nicolás ya está molesto, afuera de su oficina esta una chica,— ¿Buenas tardes en que puedo ayudarla?.—Pregunta amable. —Soy la asistente del jefe— Le respondo viéndola, ¿Dónde carajos está Gina?. Me pregunto con el ceño fruncido. — Soy Leticia su nueva secretaria, él te está esperando.— Responde ella poniendo cara de miedo. —¡Hay Dios mío!.—, Exclamo entrando con cautela —¿Dónde diablos estabas?¡ tienes diez minutos de retraso!— Se queja apenas me ve. —Lo siento, tuve un contratiempo en el camino, no volverá a ocurrir lo prometo.— Respondo con rapidez. —Te doy un poco de confianza y te aprovechas de mi, todas son iguales— Se queja, pasando su mano y alborotando su cabellera negra… Me encantaría meter la manos entre su pelo, el traje gris que lleva puesto se le ve genial, pero sé que debajo del traje esta mejor aun, lo he visto si cam
Adele SmithNo puedo creer lo que acaba de ocurrir entre los dos en ese baño, si él hubiese querido me toma a allí., trato de aparentar normalidad, cuando salgo el está en el asiento que le corresponde y con los ojos cerradosMe voy a la habitación no tiene nada del otro mundo una nevera ejecutiva y la cama, me quito en abrigo, y los zapatos, me subo a la cama y gateo para ir mas allá——No sabes todas las fantasías que acabas de poner en mi cabeza en este momento.— Susurra dejándome fría—¿A qué te refieres?.— Le pregunto seria, mortificada de que haya visto mi ropa interior, ¡debo comprar más pantalones!— Algún día las hare realidad cada una de ellas.— Me dice acostándose a mi lado, por un instante olvido hasta respirar estamos en una posición intima de cucharita y ¡me besa la nuca!.—No voy a colaborar, con esa locura.— Explico.—Demonios, ni siquiera te das cuenta de cómo me tienes.— Se queja.—Jefe definitivamente usted está loco.——¿Puedo preguntarte algo que me intriga?.— Pre
Mis pies agradecen la suavidad de la alfombra blanca en el piso, necesito huir lo más pronto posible, la única salida que encuentro es el balcón…Me dirijo allá descalza y me aferro a la baranda tengo miedo de mi misma ahora —¿Por qué huyes?¿Me tienes miedo?.— Cuestiona burlándose de mí. —Solo necesitaba aire fresco.— Respondo sin voltear. Sin embargo nada me prepara para lo que viene, se para detrás de mí y coloca sus manos a ambos lados de mi cuerpo volviéndome prisionera. Trato de cambiar la conversación por un tema más seguro—¿Dónde están tus padres?.—Pregunto curiosa Se carcajea en mi cara, —Tengo cinco años sin ver a mis padres, ellos nunca me apoyaron, la única comunicación que tengo con ellos es a través de un cheque que les envió mensual.— Expresa y yo doy media vuelta para poder ver su cara. — se que te han hecho daño, pero deberías perdonarlos después de todo no estás solo.— Le sugiero. —Tener padres como los míos, es como no tener padres Adele hubiese sido mejor,.—