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Capítulo cuarenta y uno
“Mi madre dice que hay que pedirle a Dios que nos cuide de las aguas tranquilas, porque de las tormentosas nos encargamos nosotros. Pero… ¿Y si al final las dos son en extremo peligrosas? ¡Prefiero no nadar! Ni siquiera meter el pie. Estoy segura de que mi madre lo decía con un sentido metafórico… Y ¡yo también!"

Awa

— Litia ¿Podrías explicarnos que está pasando? — Mi padre no habla mucho, pero cuando lo hace, es mejor escucharlo y responderle.

— Padre, lo siento, yo… Era joven y acababa de ingresar a la Universidad. Yo…— Nunca había visto a mi hermana quedarse sin palabras de esa manera.

La madre de Milo al parecer se ha quemado con el café y su esposo y sus hijos se han levantado a ayudarla.

Observo a Rodolphe que mira como un idiota enamorado a Litia ¿Será posible? Lo veo y no siento que sea el prototipo de mi hermana.

— Estábamos enamorados, señor Daillo — Responde Rodolphe en un tono muy serio.

— ¿Y ese era un motivo para hacer las cosas a escondidas? — Lilita baja la mirada y emp
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