REGINA

Que horrendo día si no fuera por los tortolitos diría que una nube gris paso por mi cabeza y no se quiere ir, he estado un par de horas en un hermoso yate más que yate parece crucero era enorme parece perfecto para lo que ellos quieren hacer, brindamos con champaña no, soy del tipo de tomar esos tragos, pero bueno quien soy yo para rechazar una copa, no podía hacerles ese desaire, pero hoy quiero celebrar con las chicas, de verdad extraño nuestras salidas juntas.

Me costó mucho convencerlas jajaja nada ellas también querían en el fondo el hueso duro de roer era Richard, ósea él quería ir cuál cenicienta nos tratáramos a las 12 óseas ni el papá de Katherine don Roberto nos manifestaría eso, cuando salíamos juntas hacía unos años él nos daba chance dos de la mañana porque si no, ese señor si nos buscaba era de armas tomar, ahora si a divertirse.

— Bueno, amiga, estamos aquí, me hablaron maravillas del lugar, todos querian venir a este sitio.

— Ósea no has venido antes, que mila