Ella dejó escapar un grito ahogado que tragué. Ara se sobresaltó por mi repentino ataque cuando su cuerpo se puso rígido, pero después de unos segundos, su cuerpo se derritió en mí mientras rodeaba mi cuello con sus brazos.

Mi mano libre agarró su cintura mientras pasaba mi brazo alrededor de ella tirando de su suave cuerpo hacia mi pecho.

Su respiración se entrecortó cuando mis dedos se enroscaron en sus mechones, agarrando un puño de su cabello. Incliné su cabeza hacia atrás y profundicé el beso.

Sus labios se separaron cuando deslicé mi lengua en su boca acariciando su lengua con la mía.

Devoré su dulce boquita mientras su agarre en mi cuello se hacía más fuerte. Sé que necesita respirar, pero no me atreví a alejarme. Me ahogué en el beso cuando su seductor aroma me envolvió y todo en lo que podía pensar era en sus labios sobre los míos.

Ella me dio un puñetazo en el hombro y eso me devolvió a mis sentidos mientras me retiraba tomando un respiro para ella. Ara jadeó pesadament