CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS: SI TAN SOLO PUDIERAMOS CAMBIAR LOS ROLES — ¿Crees que esto es lo que yo quería? ¿Qué te hace pensar que cuando hablé de un matrimonio falso lo hice porque en mi mente tenía la idea de que esto pasaría? ¡¿No te das cuenta que en la vida vas a volver a encontrar una mujer como ella?! —Decía el abuelo de Yahir una y otra vez.Estaba tan enojado que ya podía hacer decaer el mundo entero con tan solo uno de sus gritos. Eran muy vagas las veces que al señor Ferrer se le podía ver así de molesto.Y mientras Yahir esperaba por lo que sea que su abuelo aún tuviera por decirle, solo se llevó una mano a la frente como si de esa manera pudiera resistir un poco más. —La verdad es que no puedo pensar en lo que hubiera sido de María Eugenia si tu primo no la hubiera encontrado, ¿en verdad tienes la intención de que tu primo cuide de ti hasta de tu matrimonio?Molesto, no resistiendo más los comentarios de su abuelo, se levantó molesto su lugar. — ¡Pues si tan feliz
CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE: LA VENGANZA DE QUIEN SE OLVIDÓ Los recuerdos matan. El tiempo se vive en ellos, todo se detiene cuando creamos un mundo, un mundo de recuerdos. El mundo de recuerdos en el que esa familia vivía, donde todo era como ellos lo soñaron, donde todo volvía ser lo que fue. De lo que nadie ahí no se daba cuenta es que ese mundo de sueños ya no existía, un mundo de sentimientos que ya no iba a encontrar si no era a lado de esa mujer que se lo había llevado todo con solo entrar a su vida. Y es que aun recordaba los momentos que pasó con ella. Aunque fueron pocos, él siempre vivió para ella de la manera más genuina.Pero eso no importaba, eso no importaba si ahora ella estaba ahí, eso no importaba si era la belleza del alma de María Eugenia la que reinaba en esa casa tan desolada, y su genuinidad siempre siendo lo que importaba en ese momento en que dos destinos se unían sin que ellos lo hubieran pensado, sin que ellos hubieran planeado. María Eugenia y Yahir Ferrer,
CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE: LA RESPONSABILIDAD QUE RECAEYahir Ferrer miraba a la nueva persona que acababa de entrar, de pies a cabeza. Esa manera de haber caminado, esa manera de hacerse parecer frente a él, esa simple manera de hacerles saber a todos los presentes que ella había llegado.Tacones altos color negro, las piernas descubiertas hasta unos centímetros antes de la rodilla, la mirada de Yahir seguía viendo, el comienzo de un bello vestido negro aparecía, hasta llegar al final de su pequeño cuerpo. Un cuerpo delgado, un cuerpo que se movía con tanta delicadeza. No, no era la mujer que en las historias entre secretaria y CEO describen, esta era una mujer delicada, una mujer en toda la extensión de la palabra. Una mujer que no necesitaba de un maquillaje fuerte, no necesitaba de un escote pronunciado y aun así había logrado encantar a Yahir. Rubí Saavedra era su nombre, un nombre y un apellido que solo una verdadera mujer podría llevar. Una mujer sonriente, con el pelo rizad
CAPÍTULO CUARENTA Y NUEVE: EL COMIENZO DE TODA UNA NIEVA VIDA Tan pronto como la junta terminó, los presentes fueron saliendo de la sala de juntas poco a poco, los últimos que quedaron fue el señor Ferrer, Rodrigo y por supuesto, Yahir Ferrer. El objetivo de la junta realmente ya había quedado atrás, no sería ese momento en que haría a su nieto el dueño de todo aunque ya estuviera casado porque eso que acababa de pasar con una mujer que llegó tan de pronto diciendo que se iban a activar unas acciones que no habían sido activas en tanto tiempo y viendo que su nieto firmó sin más todavía lo hizo dudar de quien era él realmente.Quizá después de todo Yahir no estaba listo para dar el último golpe, el mismo que lo haría fuerte. Habían tantas preguntas ahí, había tantos misterios y el único que quizá el primo de Yahir compartía con su abuelo sobre saber quién era la mujer que había llegado y a la que él no le pudo decir mucho porque su palabra parecía ser más grande de lo que pod
CAPÍTULO CINCUENTA: SENTIMIENTOS AJENOS Los rayos del sol acompañaban esa linda mañana en donde se encontraba una mujer la cual su único sueño era retroceder el tiempo y que nada de eso hubiera pasado. El limpio y suave cesped con hermosas flores de distintos colores y nombres se encontraba Maria Eugenia escondida entre tantas flores. Mismas las cuales cubrian su paradero de quien sea que la estuviera buscando. -Dios ¿Estoy siguiendo el camino que tu me encomendaste seguir? ¿Lo estoy logrando?- Soltóq un largo suspiró- Me pregunto si yo estuviera en donde quiero estar que cosas estaría haciendo justo ahora. Mientras mantenía sus manos en la pequeña biblia de color negro y con una pasta dura comenzo a despegar su atención de esas letras para comenzar a preguntarse que seria de su vida si siguiera en el convento. -Cada mañana en las cuales ahora despierto ya no son las mismas antes me preguntaba que seria de mi dia. Pero ahora todos mis dias son iguales no quiero estar aqui de
CAPÍTULO CINCUENTA Y UNO: NUNCA DEBIÓ DE SER El grave tono de su voz hizo que ella se espantara. ¿Por que estaba tan enojado? Jamás lo iba a comprender siempre era lo mismo, desde el momento en que empezaron a vivir juntos su actitud hacia ella era la misma tal vez y era mejor acostumbrarse a que siempre iba hacer de ese modo su vida.-Ja ¿Ahora eres muda?- Con una sonrisa y tono burlón le hablo.-¿Ya no puedes hablar o que? Déjame decirte algo nunca esperes algo de mi. Por que jamas hare nada por ti.Ella abrazaba a Billy con su mirada fija en el suelo intentando no romper en llanto. Rodrigo que también estaba ahí mismo y ver la expresión de Maria Eugenia no pudo evitar intervenir.-Yair tu abuelo llamó dijo qué tenía algo que hablar contigo ve y buscalo.Se interpuso entre ambos protegiendo a Maria Eugenia y Billy.-¿Piensas que creeré eso? Has algo mejor que perder tu tiempo con una monja y vamos a divertirnos.- Exclamó Yair mirando a Rodrigo. El pensó que como de costumbre seria
CAPÍTULO CINCUENTA Y DOS: EL LEGADO DE UNA NUEVA VIDA Se sentía nuevamente como en casa al estar en ese lugar el cual es donde ella había abandonado hace unos cuantos meses atrás.Por otro lado Billy salto de sus brazos para ir corriendo dentro de la iglesia misma que recordaba de la misma manera. No había ningún cambio seguían siendo las mismas puertas de madera, el mismo pasillo de azulejo, las paredes con figuras religiosas, incluso las ventanas seguían un poco polvosas pues esa tarea era una de las cual ella se encargaba mismas que tenían figuras religiosas puestas en cada vidrio. Incluso el agradable olor la hacía sentirse en casa. Pero en especial al final del pasillo se encontraba una cruz de madera.-Que agradable es nuevamente estar aqui. Con ilusión le hablo a Rodrigo mismo que había caminado detras de ella observando las bancas de madera que estaban vacías, el sonido de la voz de Maria Eugenia se escuchaba muy fuerte en todo el lugar pues no había ningún ruido. Incluso B
CAPÍTULO CINCUENTA Y UNO: UN CAMBIO A LA VIDA Mientras ellos se quedaron mirando.Rodrigo recordó lo que en realidad tenía que hacer y por que realmente la había sacando de esa casa.-Aún tenemos un poco de tiempo asi que puedes tomarte tu tiempo. No se cuando pueda volver a traerte así que es mejor aprovechar cada segundo.Maria Eugenia sonrió y supo que en las circunstancias en las que estaba viviendo cada segundo era importante. El señor Ferrer no la había llevado a la iglesia desde que se la llevó en cambio Rodrigo lo hizo tal vez y en esa casa existía alguien que la podía ayudar a escapar de esa vida pero no quería hacerse ilusiones.-Bien. Por cierto muchas gracias por traerme aquí eso me hace feliz- Le agradeció con una sonrisa.-No puedes perder tiempo volveré por ti en 30 minutos.- Ignorando su sonrisa siguió hablando.-¡Entonces es mejor que me apresure Billy vamos!.Billy ladró para ir corriendo detrás de ella. Incluso el era feliz de estar nuevamente en ese lugar y no