Victoria

Corazón deja de latir, mi mundo se paraliza, volteo el rostro y veo a un Thomas con una sonrisa burlona en el rostro, esa sonrisa la conozco muy bien por qué fue la que utilizo cuando lo descubrí con su actual esposa.

Viendo a mi hija a la cara, con sus ojos tan parecidos a los de su padre un azul oscuro, ya que los míos son más ámbar, recuerdo que casi tengo un aborto espontáneo, las veces que me escribió para que abortara, las noches que llore y lo usada que me sentí.

Levanto mi mentón y lo enfrentó.

— ¿Qué estás haciendo aquí, aléjate de nosotras—?

Coloco a mi hija detrás de mí y ella me abraza.

— No seas idiota victoria, ella es mi hija y tengo todo el derecho a verla, tú me la ocultaste—

Empiezo a reír con histeria— Yo te la oculté imbécil, cuántos mensajes enviaste para saber si el trabajo estaba listo, no diré la palabra por qué yo si cuido el bienestar de mi hija, tú no quisiste ser padre ahora no vengas a buscar a una hija que pensabas que ya no estabas, que buscas—