Capítulo 59
La gente en este mundo era así. Incluso cuando todos sabían que ella era la víctima, ¿qué más daba? Si su propia madre biológica no había podido aceptarla ni soportarla, ¿cómo esperaría comprensión de los demás?

Sonia no tenía intención de seguir siendo objeto de burla. Después de lanzar una última mirada a Emilio, dio media vuelta y se marchó.

— ¡Dana Vega! ¡Sonia Fuentes! ¡Detente, maldita zorra! —La voz de Rafael resonó tras ella, llena de furia, pero Sonia ni siquiera se molestó en voltear. Sus pasos, lejos de detenerse, se aceleraron aún más.

Originalmente pensaba tomar un taxi, pero al salir del restaurante comprendió que estaban bastante lejos de la calle principal. Este no era un lugar para taxis comunes; aquí solo llegaban personas adineradas que se transportaban en vehículos privados.

La amplia zona estaba completamente vacía, dejándola completamente sola.

Sacó su teléfono para solicitar un servicio de transporte, pero sus manos temblaban incontrolablemente. El simple acto de
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