Capítulo 128
Cuando Sonia salió del baño, Andrés seguía allí de pie.

Su chaqueta continuaba con Sonia, dejándolo solo con su camisa. Los puños desabrochados y arremangados mostraban sus antebrazos blancos y musculosos. Junto con su aire distinguido y sus rasgos sobresalientes, los transeúntes no podían evitar mirarlo al pasar.

Pero él parecía acostumbrado a tales miradas. Mantenía la vista en su teléfono sin levantar los ojos.

Sonia lo observaba, sus pasos deteniéndose.

Andrés seguía con la cabeza baja. Normalmente no sentía las miradas de los demás, pero pareció percibir la de Sonia y levantó la vista rápidamente.

Sonia se mordió los labios y se acercó a él.

—Tu ropa... se manchó —murmuró— La lavaré y te la devolveré.

Andrés iba a decir que no era necesario. Pero después de mirarla, cambió de opinión y solo asintió suavemente.

El silencio volvió entre ellos.

Sonia apretó sus manos: —Debes saber el resultado, no estoy embarazada, así que...

—¿No has desayunado, verdad? —interrumpió Andrés— Vamos a
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