Capítulo 119
—Andrés.

Ana lo llamó con una voz llena de reproche, pero Andrés seguía sin mirarla. Sus ojos recorrieron primero el salón, frunciendo ligeramente el ceño.

—Andrés —repitió Ana, incapaz de contener su angustia.

Solo entonces Andrés pareció reaccionar. La miró brevemente mientras le entregaba su regalo: —Felicidades.

"Felicidades". Ana nunca imaginó que esto sería todo lo que recibiría, tan ligero y vacío. Sus manos se tensaron y, después de un momento, como si apenas despertara, extendió lentamente los brazos para recibir el regalo: —Gracias.

La caja roja de terciopelo cambió de manos, y Ana rozó intencionadamente sus dedos. Estaban... fríos. Levantó la mirada, pero el rostro de Andrés permanecía impasible mientras retiraba su mano.

En ese momento, Santiago se acercó.

—Señor Campos, bienvenido —extendió su mano para saludar a Andrés.

—En un día tan importante, ¿dónde está el señor Flores? —preguntó Paula repentinamente.

—Está de viaje —explicó Santiago sonriendo— La empresa tiene un pr
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