Una vez dentro, Rosalie tomó el teléfono y dijo: "Hola, ¿conoces a Elliot Foster? Soy su madre".

"Hola, señora Rosalie. ¿Puedo saber por qué se ha puesto en contacto conmigo?", dijo la persona al otro lado de la línea.

"Usted tiene un estudiante llamado Hayden Tate en su jardín de infantes, ¿verdad?".

"Sí".

"El caso es que necesito unos mechones de su pelo, y me preguntaba si puedes conseguirme algunos. Te pagaré, así que di tu precio", dijo Rosalie.

Confundida, la otra persona preguntó: "¿Por qué quieres su pelo? No es que no quiera ayudar, pero es probable que no conozcas mucho sobre ese niño. Verá, él no permite que nadie lo toque. La única persona que puede tocarlo es su hermana".

Rosalie no había previsto que algo tan sencillo resultara tan difícil.

"¡Piensa en algo! Si no puedes poner las manos en su pelo, ¡también servirá la sangre!", dijo Rosalie. "Te voy a ser sincera, la madre de ese niño estuvo casada con mi hijo durante un tiempo... y sospecho que hay algo más sobr