El mensaje era sencillo. Le estaba diciendo que lo compensara.

Avery frunció el ceño y respondió: [Esta noche no].

Elliot contestó rápidamente una vez enviado el mensaje, y ella pudo imaginarse la rabia en su rostro cuando leyó su respuesta.

[No estoy negociando contigo, te estoy ordenando].

Esa fue su respuesta. Ella miró fijamente cada una de las palabras del mensaje del hombre con compostura y replicó.

[¿Has olvidado que las mujeres tienen la menstruación? ¿O vas a hacerlo a pesar de la sangre?].

[¿Todavía quieres?].

[¿Me estás desafiando?], respondió Elliot.

Avery no se atrevió a responder a esa pregunta. Naturalmente, no tenía el valor de desafiarlo. Ella temía que él le dijera que pasara la noche con él a pesar de la sangre.

...

En el segundo piso del restaurante, Elliot dejó su teléfono cuando Avery no respondió.

Nadie se atrevía a siquiera susurrar una palabra cuando él enviaba mensajes de texto. La conversación solo se retomó cuando él dejó el teléfono.

"Seño