Cuando los dos llegaron a la puerta, la cámara de vigilancia mostraba a una majestuosa mujer de unos sesenta años de pie afuera.

Hayden reconoció inmediatamente a la mujer y dijo: “¡Esa es la madre del sucio de papá!”.

“Oh”, dijo Layla. “¡Así que es nuestra abuela!”.

“¡No la llames abuela!”, la corrigió Hayden. “¡Probablemente está aquí para enfrentarse a mamá!”.

“¡Jum! ¡No podemos dejar que intimide a mamá! ¡Echémosla de aquí!”.

Hayden se apresuró a volver al interior para buscar su dron y Layla lo siguió de cerca.

Rosalie estaba parada delante de la puerta con el ceño fruncido. Estaba esperando a que Avery la abriera.

Ella no había dormido en toda la noche. No podía encontrar la paz, así que había ido a enfrentarse a Avery.

De repente, oyó el sonido de un motor que parecía venir de arriba suyo. Cuando levantó la vista, vio que un dron se cernía sobre ella.

Justo cuando empezaba a preguntarse por qué había un dron sobre ella, un líquido rojo empezó a salir de él. Cuando el