Hayden comenzó a preguntarse si debía estafar a Zoe y quitarle todo su dinero cuando recibió su mensaje.

Zoe había roto con Elliot y había perdido a su bebé, así que el video no perjudicaría a Elliot.

“¿Cómo pudieron hacer eso?”. Avery tomó un sorbo de agua y se dirigió a la habitación de los niños para sermonearlos. “No importa el rencor que ella y yo nos guardemos, ella está en sus setentas. ¿Qué habría pasado si se hubiera asustado y hubiera enfermado?”.

Layla movió las pestañas inocentemente. “Tú puedes curarla si se enferma, mami”.

“¡No puedo hacer milagros! ¡No puedo curar todas las enfermedades del mundo!”.

“¡Pero ella no se enfermó! ¡Te estaba gritando!”, murmuró Layla. “¡Mamá, no podemos simplemente dejar que otros te intimiden!”.

El corazón de Avery se ablandó ante las palabras de su hija.

“No me estaban intimidando. No soy tan fácil de intimidar”, dijo ella en un intento de tranquilizar a sus hijos.

“Pero no viniste a casa anoche... Hayden y yo esperamos mucho ti