Irene sabía que Lucas podía ser muy testarudo y aceptó su oferta con una sonrisa.

"Aún no sé lo que quiero, así que vamos a dar una vuelta". Lo tomó de la mano y caminó hacia el mercado nocturno, donde había más gente.

Para evitar problemas, Irene llevaba una máscara que solo mostraba sus ojos.

Lucas se había perdido en esos ojos muchas veces, y pensó: ‘Si no tuviera esa cicatriz en la cara, tal vez alguien ya la habría adoptado y no tendría que llevar una vida tan miserable’.

Pronto, Irene llevó a Lucas a una tienda de accesorios.

"Señor Lucas, quiero un lazo para el pelo como regalo de cumpleaños", ella le dijo.

"¿Qué es un lazo para el pelo?". Lucas no tenía ni idea de qué accesorios usaban las chicas.

"Es algo que me sirve para atarme el pelo". Ella le mostró uno que ya tenía. "Se me está soltando un poco y ya no me sujeta el pelo tan bien como antes. ¡Cómpreme un lazo para el pelo, señor Lucas!".

Lucas no esperaba que ella le pidiera un regalo tan barato.

"Elige lo que qu