Cuando llegara su cumpleaños, por fin podría quitarse la cicatriz protésica y mostrarle a Lucas su verdadero rostro. No había pensado en su reacción cuando le revelara su verdadero rostro, pero estaba cansada de vivir avergonzada.

Pronto cumpliría dieciocho años y, como todas las demás chicas, quería estar guapa. Nunca antes había pensado en estar guapa, y sin importar lo que hiciera, todos la veían como un patito feo.

Una vez cumplidos los dieciocho, le esperaba una nueva vida.

La gente común nunca entendería su sueño de querer llevar una vida ordinaria libre de todos los chismes y miradas frías de los demás sobre su rostro.

Lucas estudió el rostro de la mujer durante unos instantes antes de asentir. "¿Qué regalo de cumpleaños quieres?".

Ella negó con la cabeza. "Quiero que lo pases conmigo, pero no es porque quiera un regalo. Solo quiero contarte un secreto".

"¿Es el mismo secreto que mencionaste la última vez?".

Ella asintió. "Sí. Quiero que seas la primera persona en saberlo