Si Layla hubiera sabido el contenido de la caja, no se habría tomado la molestia de llevarla a casa.

Sin embargo, ya que lo había hecho, sería difícil devolverla sin que nadie se enterara.

Probablemente no podría regresar a la casa de la basura de su padre nunca más.

‘¡Olvídalo! Esconderé la caja bajo la cama’, pensó ella.

No era más que un disco y un trozo de papel, así que definitivamente no era nada importante.

Cuando Hayden entró en el dormitorio después de devolver la computadora portátil, Layla ya había caído en un profundo sueño.

En la otra habitación, Avery estaba muy despierta.

Tal vez estaba tan despierta porque había dormido mucho durante el día.

La mente completamente despierta de una persona divaga cuando esta no tiene nada más que hacer.

En este momento, por ejemplo, la mente de Avery estaba obsesionada con Elliot.

Su cabeza estaba llena de imágenes de su atractivo rostro. Cada vez que respiraba, sentía su aroma.

Incluso podía recordar el tacto y la temperatura