Avery llegó a casa y llamó a Layla para informarle de que había llegado bien. Luego se dirigió al baño para abrir la llave de agua caliente.

Había estado tensa todo el día en la casa de Elliot, y sentía que él estaba vigilando todos sus movimientos.

Dejó el teléfono en la mesita de noche y se dirigió al armario para agarrar el pijama mientras repasaba todos los acontecimientos del pasado.

Fue un día agradable.

Después de pasar el día con Layla y Robert, por fin sentía que estaba compensando los dos últimos años perdidos. Su mente vagaba por la escena en la que Robert la llamaba "mami" y le pedía que pasara la noche en la mansión de Elliot.

Estuvo tentada de aceptar, deseando dormir con sus hijos y charlar con ellos. Cada segundo que pasaba en presencia de sus hijos le proporcionaba una gran alegría que la llenaba desde lo más profundo de su ser.

Aparte del hecho de que no habían oído nada sobre Ivy, todo parecía ir con la corriente.

Avery se preguntó a sí misma si esto era lo qu