"Si no estás aquí para enterrar a tu padre, ¿para qué viniste?", preguntó Ben.

"Dejaste a mi hermana embarazada, ¿para qué crees que estoy aquí? ¡No creas que puedes hacer lo que quieras con nuestra hermana porque Elliot no está aquí! ¡Tienes que hacerte responsable y casarte con ella!", dijo Peter con exasperación.

Lilith no entendía lo que decía su hermano.

"Entiendo, si es dinero lo que quieres, solo dime el precio. En cuanto al matrimonio, tu hermana no quiere casarse conmigo, y yo tampoco quiero casarme con ella", dijo Ben.

Peter se indignó al escuchar esta respuesta. "Lillith, ¿estás loca? ¿No sabes lo rico que es? Si estás embarazada de su hijo, ¿por qué no te casas con él? No puedes encontrar a nadie más rico que él".

"Solo dile cuánto dinero quieres", respondió Lilith.

"Sí que te falta un tornillo en la cabeza”, dijo Peter. Luego miró a Ben y dijo: “Necesito hablar contigo en privado".

Ben se dio la vuelta. En cuanto vio lo avergonzada que estaba Lillith, su corazón se