“Sí, señor”, respondió Chad.Poco después, una taza de café fue colocada frente a Elliot.Cuando Chad salió de la oficina, se topó con Chelsea, quien venía de camino.No llevaba maquillaje y su rostro se veía inusualmente demacrado.Chad se acercó a ella con la intención de hablarle, pero al final no dijo nada.Chelsea entró a la oficina de Elliot y cerró la puerta tras ella.“Lo siento, Elliot”, dijo ella con voz ronca mientras se ponía delante de él. “Todo esto fue obra de mi hermano. Sabía que aún te estabas recuperando, así que te hizo subir esa colina. Es una colina especialmente empinada. Normalmente, nosotros no subimos a ese lugar. Él te quería muerto”.Elliot miró en silencio el rostro pálido de la mujer y luego dijo: “Lo sé”.“Lo siento. Él no se disculpará contigo. Ya se fue del país”, dijo ella a través del nudo en la garganta. “Por favor, perdona a mi familia, Elliot. Mi padre está envejeciendo y me temo que no podrá soportar la reacción. Si tienes que castigar a a
Elliot mentía descaradamente, pero Ben no sabía cómo responderle.De todos los años que se conocían, Ben nunca había visto a Elliot con un suéter.Aunque tal vez un suéter que Avery tejiera para él era mucho más significativo que uno comprado con dinero.“Tu mamá me llamó diciendo que tu sobrino fue dado de alta del hospital”, dijo Ben. “Quiere que vayas a cenar a casa esta noche”.“Eso me lo puede decir ella misma”, dijo Elliot.“¿Ella te ha molestado recientemente? Fue muy cautelosa cuando habló conmigo antes. No te enfades con tu madre, Elliot. No hay nada como el amor de una madre en este mundo…”.“Por favor, deja de hablar”.Ben se echó a reír.“¿Quieres volver a la vieja mansión para cenar con Avery?”.Elliot pensó un momento y luego dijo: “¿No dijiste que ha estado ocupada tejiendo?”.“¡Cierto! Solo queda una semana. Me pregunto cómo le estará yendo”.…Cuando Elliot llegó a la vieja mansión esa noche, Rosalie estaba desbordando alegría.Todos los demás, en cambio,
El anterior encuentro de Cole con los usureros había obligado a Henry a soltar una gran suma de dinero.“Ya que Elliot se ofrece, ¡acéptalo!”, intervino la esposa de Henry, Olivia. “Aquí todos somos una familia. No hay necesidad de ser tan formal con Elliot”.Henry se sonrojó. Tomó el cheque y dijo: “No hace falta que vuelvas a hacer esto, Elliot”.“Ya terminé de comer”, dijo Elliot. “Ya me voy”.Rosalie se levantó y lo acompañó a la salida.Cuando salieron de la casa, el tenedor de Cole cayó pesadamente al suelo.“¡Papá! ¡¿Por qué aceptaste su dinero?!”.Se sentía humillado.Odiaba que le dieran dinero como si fuera una caridad.“¿Cómo te atreves, pedazo de m*erda sin carácter?!”, rugió Henry furioso. “¡Devuélveme todo el dinero que he gastado para liquidar tus préstamos si puedes!”.Olivia se unió a su esposo para reprender a su hijo y dijo: “Puede que tu tío nos menosprecie, ¡pero no hay razón para que no aceptemos dinero gratis! ¿Sabes cuánto nos acaba de dar? Ochocientos
Elliot miró la cara de Avery y luego dijo con voz ronca: “Gracias”.El suéter le resultaba más cómodo y cálido de lo que esperaba.Ella se sorprendió de lo bien que le quedaba.No podía decidir si era la calidad del suéter o si simplemente era tan guapo.Ella tomó la bolsa de papel y sacó una caja de regalo.“También te compré esto por si no te gustaba el suéter”, dijo ella.Elliot se quedó mirando la caja que tenía en la mano.“Es un encendedor”, explicó Avery rápidamente. “No sabía qué más regalarte, así que compré esto. Es práctico y probablemente te sirva, pero no deberías fumar demasiado. Es malo para ti”.Luego puso la caja en manos de Elliot.Él abrió la caja, sacó el encendedor y prendió una chispa.“No soy un fumador empedernido”, dijo con voz sensual. “Solo fumo cuando estoy estresado”.Las cejas de Avery se alzaron con sorpresa mientras decía: “Siempre estabas fumando cuando vivía en tu casa”.“Eso es porque siempre me volvías loco”, respondió él.Avery no tenía
“No tengo ni idea”, dijo Elliot. “No te preocupes por ellos”.“¡Llevemos uno más grande, entonces!”, dijo Avery. “¿Diez pulgadas, tal vez?”.Elliot se volteó para mirar a la dependienta y dijo: “Diez pulgadas”.“Por supuesto. ¿Están en una cita? Se ven muy bien juntos”, dijo la dependienta con una sonrisa.Una oleada de vergüenza se apoderó del rostro de Avery e hizo que su piel de porcelana se tiñiera de rojo rubí.Por otro lado, Elliot echó un vistazo a los postres en exhibición y preguntó: “¿Quieres escoger algo más para llevar a casa?”.“Así está bien…”, respondió Avery.“Adelante, escoge algo para tu madre”.Cuando Avery notó el sonrojo en las mejillas de Elliot, se rio para sí misma y luego dijo: “¡Claro! Le llevaré algo”.Salieron de la pastelería una hora después.Elliot sostenía el pastel con una expresión de inquietud en su rostro.No había mucha gente en la calle.El clima estaba frío, pero el calor que lo rodeaba lo ayudaba a combatir el frío.Cuando llegaron a
Poco después, Elliot abrió los ojos y sopló las velas del pastel.Las cortinas se corrieron y la luz volvió a llenar el salón.“¿Qué deseaste, Elliot?”, preguntó Ben con una sonrisa.“¿Siempre le revelas tus deseos de cumpleaños a la gente?”, replicó Elliot.La sala se llenó de carcajadas.Elliot cortó un pedazo de pastel y lo colocó frente a Avery.“Deberías comerte el primer pedazo”, dijo Avery mientras le devolvía el pastel.“No puedo comer tanto”, respondió él.Él tomó un tenedor, le dio un bocado al pedazo de pastel y se lo devolvió a Avery.Era como si estuvieran inmersos en su propio mundo, separados del resto de los presentes.El público comenzó a rugir y a burlarse de ellos.“¿Debemos empezar a llamar señora Foster a la señorita Tate desde ahora?”.“¿Por qué no lo intentas? ¡No creo que al jefe le importe!”.“¡Ja, ja, ja! A la señorita Tate tampoco le importaría, ¿no es así?”.…Avery estaba tan avergonzada e incómoda que sus orejas y su nuca se pusieron rojas.
En la puerta de la habitación de invitados, Avery dijo: “Te llevaré al salón. Después puedo volver aquí a descansar. Me reuniré con ustedes cuando me despierte”.Elliot entró a la habitación y dijo: “Yo también estoy cansado”.Avery se sorprendió.“¡No has comido nada! Deberías ir a comer…”.“Olvídalo. Descansa un poco”.¿Cómo podría Avery olvidar esto?No se sentía bien por dejarlo morir de hambre en su cumpleaños.Ella se apresuró a volver al salón privado para conseguirle a Elliot algo de comer.Todos los presentes la ayudaron con gusto.“¡Lleve más carne, señorita Tate! Tiene que asegurarse de que se la coma toda. Ha perdido mucho peso después de su accidente”.“¡Le encargaremos al jefe a usted, señorita Tate! ¡Cuídelo por nosotros!”.“Descanse un poco después de comer, señorita Tate. ¡No la molestaremos en absoluto!”.…Avery salió del salón con las mejillas sonrojadas y volvió a la habitación de invitados con una bandeja de comida.Elliot estaba enviando un mensaje
El estruendo de un disparo atravesó la noche, seguido inmediatamente por el sonido de los neumáticos de un coche que se detenía con un chirrido.Avery sintió que sus tímpanos estaban a punto de estallar mientras se aferraba con fuerza a Elliot.Las lágrimas corrían por su rostro mientras su cuerpo temblaba sin control.Los neumáticos del sedán negro habían estallado.Se había desviado y se había estrellado contra el puesto de algodón de azúcar en el que Avery había comprado el suyo.Elliot abrazaba a Avery mientras observaba el coche con el rabillo del ojo.Alguien estaba tratando de matarlo, pero había fallado.Entonces llegó el sonido de otro disparo.Esta vez el arma había apuntado al asiento del conductor.Avery y Elliot se vieron rodeados de gritos de terror mientras la gente se dispersaba y buscaba refugio del peligro.La piel de Avery estaba fría al tacto.Elliot le acunó la cara entre las manos, miró fijamente su rostro temeroso y dijo con voz ronca: “No tengas miedo