Elliot no preguntó “a quién”, sino: "¿Y si no lo hago?".

Henry se rio incómodamente. "Me pregunto cómo se sentiría mamá si aún estuviera viva y nos viera volvernos enemigos".

"¡No me presiones usando el nombre de mamá!", regañó Elliot a Henry. "Tú y tu hijo la mataron. ¡No tienes derecho a hablar de ella!".

"¿No tengo derecho, dices? ¿De dónde crees que viene mi derecho?". Henry respiraba notablemente con dificultad. "¡Al menos soy su hijo biológico! ¿Y tú, Elliot? ¿Cuánto tiempo crees que puedes mantener esta mentira? Ya te has apoderado de la vida de mi hermano. ¡¿De verdad vas a poder mantenerlo encarcelarlo ilegalmente por el resto de tu vida?!".

"¿Encarcelarlo?". Elliot se quedó sorprendido con esas dos palabras. "¿Y dices que me he apoderado de su vida? ¿Crees que las manos de nuestra mamá están limpias? ¡Ella fue la que creó esta situación, en primer lugar!".

"Aunque haya cambiado a Adrian por ti, no puedo seguir cometiendo sus errores. Más ahora que está muerta. ¡Entrégame