Como en los viejos tiempos
«¡Ring! ¡Ring! ¡Ring!»—Joder… Ares, contesta esa cosa —me levante adormilado restregando mis ojos con un bostezo incluido. El hijo de puta que llamara a estas horas no tenía puta alma ni vida, el teléfono insistía he insistía sin parar, Calipso se removió en la cama y dijo.
—Debe ser el desocupado de Nikolay, contéstale y de paso mándalo a la puta —sonreí levemente en la oscuridad de la habitación, ese era mi duendecillo verde que tanto me gustaba.
—Duerme, debe ser impórtate si llamo a esta hora. —Me levanto de la cama en boxers directo al tel&eacu
—Déjate de parloteos y mejor vamos a la acción. ¿pudiste conseguir los permisos? —negó enojado por mi falta de sinceridad para luego sacar de su gabán unos papeles.—Todo está arreglado, aún tenemos algunos cables de los cuales tirar—acepte apagando el cigarrillo para caminar hacia ellos.—Muy bien, pues les diré por qué los traje aquí. Aún no sabemos el plan del señor Picali, pero creo que como abogado le dejare a él todo el tema de mi defensa.—Y si nos damos cuenta que no puede hacer su trabajo, le presentare a una miaga muy maja —soltó Eros en amenaza enmarcando una sonrisa falsa, el señor Elias acepto con nerviosismo posando una sonrisa igual.—En fin… proseguiré. Necesitamos algunas cosas importantes, una de ellas es el intermediario con la policía al hacer mi entrega, no confi&
HOGAR DULCE HOGAR1999 — Ciudad de Nueva YorkEl día se veía pintar gris y frio casi al punto de caer una buena llovizna, estábamos a mediados de otoño y la gente se forraba en abrigos de piel en distritos de categoría, pero la verdadera cara de la ciudad, ese lado oscuro era ahí donde yo reinaba y controlaba. El distrito del Bronx de la ciudad Nueva york. Estaba completamente peinado por mi mano, después de un tiempo en las filas de la mafia de cerberos, yo me había vuelto más que una simple ficha en sus filas, un simple trabajador que realizaba el sucio trabajo. Había amansado una fama en los distritos, y sus jefes que eran controlados por mí, todo el m
—Un buen par de piernas no se niega nunca…. —propuso con una carcajada que seguimos todos con falsedad. 4… 3… 2… 1… «Se acabó tu tiempo…» soltó aquella voz en susurros riendo mientras saboreaba la sangre. Acalle las risas levantándome con rapidez para apuntarle con facilidad en la cabeza, su sonrisa se borró levantando las manos mientras miraba a un lado el hombre que lo cuidaba, y que ahora estaba siendo reducido por Ares. Ali Alcázar, era el nombre de la m****a que había matado a mi madre, y por fin lo tenía cara cara igualdad de poder. —¿No me recuerdas?... o a lo mejor recuerdas a la protista que violaste hace algunos años hasta matarla. —Sonrió de medio lado. —Llama a los demás y peina la entrada, deben seguir bebiendo y drogándose, no se enterarán cuando los mates —sin dudar mis órdenes salieron dejándome con mi presa. —Así que estabas esa noche escondido, quien lo diría… —soltó con gracia, pero no era el único, o el ultimo que utilizaba esa artimaña.
UN SENTIMIENTO DE NOSTALGIA—Sí, habla Lucia ¿Con quién hablo?... —empecé a respirar con rapidez con miles de frases de disculpas aglomerándose en mi mente, pero por algún motivo que no entendía no salían. ¿Era miedo? Claro que tenía que ser miedo, Hacía tiempo que no me sentí tan nervioso y sudoroso como si llevara una corbata que poco a poco se cernía en mi cuello.—Lo estoy oyendo respirar ¿quién habla? —volvió a preguntar con un tono más demandante y fuerte —irreconocible para mí, en ese momento me di cuenta que la persona en la otra línea tal vez ya no era la Lucia que conocía.—¡Imb&
—Pensé que había cerrado… —solté en palabras lentas alucinado por aquella sorpresa.—Quería decírtelo como regalo cuando salieras del juicio invicto —explico con preocupación ante ese tema, el no confiaba nada en este último plan que haríamos.—Pensé que te había dicho que lo cerraras y cancelaras toda la pasta —dije desconcertado levantando una de mis cejas mientras lo escudriñaba.—Si me lo dijiste, pero otra cosa muy distinta es que acatara tus ordenes de mierda —objeto con burla.—¿Sabes las historias que hay detrás de estas puertas?… —me miro con una sonrisa ladina que le devolví. —Muchos tríos con rusas y trigueñas despampanantes…—Trio que te recuerdo, me dejaste tiradísimo para irte con el ruso que venía con ellas
—Me llamo, Lucy… ¿quieres diversión? —soltó tomando mi mano y acercándose a mí, su mano temblaba de lo que a mi parecer era miedo, la mire a los ojos y parecía temerosa y llena de dudas, como si no estuviera segura de lo que hacía, pero ¿entonces porque lo hacía? Se levantó del asiento con una sonrisa atrayéndome a los privados. Caminamos lentamente dejándome llevar para saber que era capaz, de la nada empecé a sentirme mareado. —Qué tal si vamos a lo que vinimos —sostuve mi cabeza desorientado mientras sentía la cabeza dar miles de vueltas en un maldito carrusel, sin darme cuenta ya estábamos en la habitación, y la chica me empujo a la cama. —¿Que le pusiste a mi bebida, m*****a niñata? —verbere sin poder levantarme. ¿cómo no lo supe ver? Estaba tan inquietado por quien podía ser que baje la guarda ante una adolescente calenturienta. —Lo siento… pero tengo que hacer esto… eres perfecto para ser el elegido, un hombre mayor y maduro realmente guapo para ser mi
Unas horas después. ¡ULTIMA HORA! Buenos días de nuevo ciudadanos de california, el día hoy amanecemos con la noticia de la captura de uno de los mafiosos más buscados del país. Fuentes policiacas que asistieron a la captura de este delincuente, declararon que el hombre conocido en el bajo mundo como »el sr«, se entregó en horas de la mañana a las autoridades de california. En estos momentos está siendo trasladado en uno de las camionetas blindadas del Swat protegidas por dos patrullas de la policía, según testimonio del comandante de la división que dirigía la captura, el señor Demian Fiorel. El hombre llamado el Sr pidió dos simples cosas, justicia para todo el mundo, y un juicio justo para él. Les estaremos informando más del tema. &nb
—¡Uh!... ¿lo tomo ocupado, señor Volkova? Aunque no creo que este haciendo nada más importante que entregarse a la policía —respire hondo cerrando los ojos y sintiendo como entraba en un remolino sin salida. —Al grano, Elias, no ha sido un mañana relajante. —Cuando la prensa se presente a peguntar cosas mientras lo están escoltando, lo único que dirá será: “justicia para todo el mundo y un juicio justo” ¿Entendió? —me quede en silencio comprendiendo si estaba tomando una verdadera decisión. —¿Esto es una broma? Cree que soy una especie terrorista que grita palabras de m****a antes de inmolarse —Elias suelta una carcajada que en estos momentos me sentó como barro húmedo en mi cara. —Ya se lo dije, señor Nikolay. Tiene que dar una buena impresión ante los medios y la gente, eso nos dará la delantera —solté un fuerte y alto jadeo sintiendo como mi cabeza mataba aún. —Nos vemos en la tele… señor Elias. —dije con ironía para terminar esta conversac