Y probablemente habría seguido imaginando escenarios si mi puerta no se hubiera abierto y un hombre al que no conocía de nada hubiera entrado como si fuera el dueño del lugar."Raquel..." El hombre pronunció con tanta ternura que me puso nerviosa. Pero... ¿quién era ese hombre y por qué su voz se pa
El punto de vista de RaquelMe quité el anillo del dedo, me lo volví a poner y me lo volví a quitar.Doxy, humano, y de vuelta.Todas las formas yo, pero...Volví a ponerme el anillo y vi cómo mis orejas puntiagudas se reducían hasta convertirse en redondas como las de un humano, cómo las pequeñas m
Abrí la puerta, con la espalda recta, y me di de bruces contra el pecho del Príncipe.**"Entonces", preguntó el Hermano Daniels, sentándose por fin a la mesa de los trece. Yo era la única mujer en la mesa redonda. Bueno, yo y la gorda atigrada gris, Catrina, nos movíamos entre las piernas buscando
Los monjes miraron a Regulus como si nunca lo hubieran visto. Bien, me alegro de haber conseguido que se retorciera, intentando hacerme parecer más tonto. ¡Bah! Una maldición sobre su casa."Mi familia es de una línea noble, y nuestro linaje es muy antiguo. El castillo ha estado bajo nuestro control
Punto de vista de Regulus¿Qué me había poseído para decir todo eso? ¿¡Declarar tu amor a una mujer que te despreciaba con cada fibra de su ser, y en las alas de la muerte de su amante nada menos!? ¡Porque eso no era el epítome de lo espeluznante! ¿No tenía vergüenza?"Probablemente piense que eres
"¡Dios me guarde!" Raquel se encorvó sobre sí misma, girando sobre sus pies resbaladizos para encararme con un brazo levantado al ataque. Bajó el puño al instante. "Oh, eres tú... ¡no vuelvas a gritar así! Casi pierdo la conexión"."¡Hola, Reggie!" Y un... delgado tentáculo se deslizó fuera de la na
"Dios mío". Me pareció bastante grosero que Raquel se tapara la cara con las manos, ocultando a duras penas la expresión de dolor de su rostro. "No me puedo creer que un día vayas a ser el rey de todos nosotros. Tú"."Se le da muy bien el oral". Y me quedé mirando horrorizada cómo Marina se acurruca
Raquel se acercó a mí y yo contuve la respiración, con el cuerpo rígido. Fuera lo que fuese lo que había visto en mi cara, la vulnerabilidad, el dolor, había decidido no presionarme y yo se lo agradecí. Dejó caer el brazo a su lado y continuó: "Pero, ¿quién iba a alterar la tumba de un anciano?".Mi