Primitivo Romero era sostenido por dos personas, cubierto de sangre, con la cara hinchada y muy amoratada, con una pierna colgando y la cabeza totalmente torcida, su aspecto era en extremo desgarrador.

Los dos secuaces de Cosme arrojaron a Primitivo al suelo sin ceremonias. Primitivo no se movió, y Xoana ni siquiera podía estar segura si su padre estaba vivo o muerto.

—¿Por qué lo tratan así? ¡Ustedes, bestias! — Xoana gritó con gran indignación mientras corría directo hacia su padre.

Pero en ese momento, Lázaro la detuvo bruscamente y le dijo en voz baja: —Mantén la calma.

A pesar de su furia, Xoana se calmó un poco y se dio cuenta de que no era el momento preciso para el dolor.

—¿Mi padre está vivo? — Xoana preguntó en voz alta.

Cosme se encogió de hombros y sonrió: —Por supuesto que está vivo, pero este es el terrible resultado de su falta de cooperación.

Xoana contuvo su ira y respiró profundamente. —Haré una transferencia ahora mismo y mi gente traerá a mi padre.

—Está bien, — dij