Capítulo 811
Pablo quedó en ese momento sin palabras, totalmente aterrorizado.

No se esperaba que de repente lo encontraran.

En el ámbito político, con tantos amigos, ¿no había nadie que supiera algo y le diera aviso?

La gerente también estaba temblando de miedo.

Había trabajado arduamente con Pablo, pasando de finanzas a bancos, colaborando en varias acciones poco éticas.

Si esto se descubría realmente, ¿terminaría pasando el resto de su vida en prisión?

En ese momento, estaba sentada temblando, con la respiración dificultosa y sudando frío.

Mientras tanto, Rubén observaba detenidamente cómo llevaban a Pablo, su rostro palideció al instante, mirando con asombro a Simón.

Se dio cuenta en ese momento de que no había sido consciente de lo aterrador que era este joven.

Era alguien del departamento de disciplina, ¡y había llevado a alguien hasta allí!

¿Acaso este lugar era para retener a personas como ellos?

En ese momento, Simón se levantó lentamente, se acercó a Rubén y dijo con frialdad: —¿Quién de
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