Capítulo 1665
Simón observó con mucha atención mientras el joven que había volcado su carrito de frutas recogía las frutas caídas esparcidas por la carretera. Aunque el accidente parecía ser algo inesperado, una corazonada inquietante le decía que había algo más detrás de esta aparente casualidad. La precisión de la curva en la que había ocurrido el accidente y la manera en que el camión estaba estacionado bloqueando el paso no parecían ser una casualidad.

Decidió que en ese instante Noemí detuviera el coche al lado de la carretera, y él junto con sus acompañantes bajaron para ayudar al joven a recoger las frutas.

Simón también quería averiguar quién estaba detrás de este incidente y por qué utilizarían un método tan torpe para detener su camioneta.

—¿Estás bien, hermano? —preguntó Simón al joven, con una expresión muy amable y desarmada. Luego le ofreció las frutas que había recogido.

El joven, al recibir las frutas, miró asombrado a Simón y dijo:

—Señor, alguien me pidió que le dijera que, si elim
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