Adelaida quedó completamente atónita al instante.

Cástor, por su parte, palideció al instante de terror, temblando visiblemente.

¡Ahora todo tenía sentido! No es de extrañar que tantas personas influyentes estuvieran respaldando a Simón.

Resulta que conocía muy bien a Miguel, y Miguel, ni más ni menos, era el hijo de Daniel, el jefe de la provincia de San Rafael.

La sola idea de su existencia causaba fuertes escalofríos en toda la provincia de San Rafael.

Lo más aterrador era que este primer hijo de la provincia de San Rafael incluso se refería a él como jefe.

Era muy difícil imaginar cuán fuera de lo común y aterrador debía ser el estatus de Simón.

Los otros periodistas, al enterarse de la verdadera identidad de Miguel, también se pusieron pálidos al instante, mostrando un miedo y una confusión evidentes en sus demacrados rostros.

Mientras tanto, después de un momento de estupor, Adelaida gritó repentinamente: —No importa quiénes sean, ¡suelten a mi hijo ahora mismo o tendrán grav