Capítulo 1189
Daniela incluso acercó su boca a la de Sofía.

—Sofía, no está bien, — exclamó en ese instante Sofía, muy sorprendida.

Jugar un poco está bien, pero besar a Sofía era algo que ella no podía tolerar en lo absoluto. Su rostro en ese momento se puso rojo como un tomate hasta el cuello.

Viendo la sorpresa y la gran timidez en el rostro de Sofía, Daniela pareció aumentar su gran entusiasmo por jugar y, sorprendentemente, intentó forzarla.

Sofía, en estado por completo de shock, comenzó a resistirse con gran vigor. Ambas se enredaron en el sofá.

Pero en ese momento, la figura delgada hizo un ligero gesto con la mano y una oscuridad infinita envolvió a ambas.

Sofía se sorprendió de inmediato. Se sintió como si innumerables manos invisibles la estuvieran arrastrando hacia un abismo sin salida, y su corazón casi salió de su pecho.

Entonces, en la oscuridad, se escuchó un fuerte estruendo.

Un destello de luz rompió la oscuridad, como un trueno repentino, y se lanzó como un rayo hacia el corazón d
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