Al Final, usar otros tipos de proyectiles contra Simón solo habría resultado en que las balas fueran enviadas de vuelta, lo que no solo no lo habría herido, sino que también habría causado bajas considerables entre sus propios soldados.

Los misiles guiados eran diferentes posiciones. Estos misiles contaban con una cabeza especial equipada con un dispositivo de detección de presión. En cuanto detectaban cualquier cambio por pequeño que fuera en la presión, explotaban de inmediato. Esto aseguraba que, aunque Simón pudiera controlar el campo espacial, el misil no explotaría al tocar su cuerpo.

Al menos, los misiles podrían explotar cerca de Simón, y la tremenda corriente de choque generada por la explosión liberaría fragmentos del misil a una velocidad demasiado alta.

Oliviero confiaba en que Simón no podría bloquear los fragmentos del misil tan fácil, y creía que, al final, estos fragmentos atravesarían su cuerpo por completo, lo que lo llevaría a su muerte.

Como esperaba, cientos de mis