En un palacio subterráneo bellamente decorado, la mujer miró fijamente a Ramón, su expresión reflejaba tanto frustración como tristeza.—Ramón,— dijo con un tono decidido: —has sido demasiado impulsivo. A partir de ahora, te quedarás en este palacio y no volverás a salir. Al menos, no mientras ese practicante de artes marciales mixtas siga en este lugar.—¿Por qué?— respondió Ramón, con los ojos llenos de furia: —Solo maté a unos cuantos humanos insignificantes. Para mí, no son diferentes a los animales. Madre, ¿por qué no estás de mi lado?La mujer lo miró fijamente durante varios segundos antes de responder:—Ramón, ya has crecido. Ya no eres un niño, y hay cosas que necesitas entender. El universo tiene sus reglas, y nuestro planeta, la Tierra, no es más que un espacio de tiempo inferior.—Aunque somos los seres más poderosos en este planeta, si cometemos errores, las leyes del universo nos castigarán con todo el peso de la ley.—¡No lo acepto!— gritó Ramón con indignación.—¿Por qu
Simón salió de manera apresurada del túnel, pero justo cuando llegó a la entrada de la mina, un sonido desgarrador lo detuvo de inmediato. Al mirar hacia afuera, quedó asombrado ante la escena que se ocurría frente a él. Una multitud de Hombres Líquidos negros, armados con cuchillos y espadas, estaban persiguiendo y atacando sin piedad a los aterrorizados habitantes de Cielo Verde.Los gritos desesperados y los llantos llenaban el aire mientras los habitantes corrían tratando de salvar sus vidas.—¿Qué es lo que ocurre...?Los ojos de Simón se abrieron de par en par. La imagen que tenía ante él era el vivo retrato de un infierno en la Tierra. No podía creer que tal masacre estuviera ocurriendo justo en frente de él.Sin dudarlo dos veces, Simón liberó su dragón Qi, que rápidamente tomó la forma de un majestuoso dragón. Sin perder más tiempo, el dragón voló directo hacia el pueblo, rugiendo con un estruendo ensordecedor.—¡ROARRRR!El rugido del dragón resonó con tal fuerza que los Ho
Simón giró rápidamente sobre sus talones y se encontró cara a cara con Samuel, cuyo cuerpo parecía estar envuelto en una brisa negra y dominante. La mirada fría de Samuel atravesaba el aire por completo, mientras su mano derecha concentrada con una larga espada negra que resplandecía con una energía oscura.—¡Simón, prepárate para morir!— pronuncio Samuel con un tono de voz lleno de amenaza.Samuel levantó su espada y lanzó un corte muy determinante con una fuerza aterradora. Una indescriptible energía de la espada, de más de diez metros de longitud, se precipitó desde las alturas directo hacia Simón. En ese preciso instante, Simón alzó ambas manos, y los guantes de luz que llevaba comenzaron a emitir un resplandor deslumbrante y brillante, deteniendo asi el ataque.La energía oscura fue rápidamente absorbida por los guantes de Simón, pero este sintió cómo su cuerpo se inquietaba al máximo. La energía luminosa en su interior estaba llegando a su límite. Miró a Samuel, quien permanecía
En ese preciso momento, una figura femenina de agua líquida apareció en el cielo, elevada sobre el suelo. La mujer observó con preocupación la escena y se ubicó detrás de Samuel. Con un tono de voz decidida y llena de angustia, pronuncio:—¡Ramón, detente ahora mismo!Samuel giró lentamente su rostro, mostrando asi una expresión oscura. Con un tono frío y desafiante, respondió:—Madre, ¿ni siquiera tú estás dispuesta a apoyarme esta vez?La mujer líquida negó con la cabeza cualquier tipo de afirmación, su apariencia reflejaba desesperación.—Ramón, debes detenerte. Pase lo que pase, Simón no puede morir. Si lo haces, todos nosotros enfrentaremos un castigo ejemplar.—¡Ya basta!— grito Ramón, su voz resonando en todo el lugar con furia.—Madre, ¿qué somos realmente? ¿Somos los seres más poderosos de este mundo o somos simples esclavos de este universo? Si somos esclavos, prefiero morir antes que seguir viviendo así y de esa manera. Pero si somos los más fuertes, entonces déjame demostra
—¡ROARRRR!Simón controló los tres majestuosas dragones blancos que giraban a su alrededor, enviándolas con gran precisión directo hacia los tres Samuel que lo atacaban desde distintos ángulos. Mientras tanto, él mismo despareció la espada de Toledo y se preparó para enfrentar al Samuel que cargaba de manera frontal.—¡Toma esto!— gritó con determinación.—¡Samuel, es tu fin!La espada de Toledo chocó violentamente contra la espada negra de Samuel, generando asi una corriente de choque tan intensa que sacudió el aire a su alrededor. Simultáneamente, los tres dragones blancos chocaron con los otros tres Samuel. Al impactar, estallaron en un resplandor radiante, llenando asi el espacio con una luz deslumbrante que consumió a los clones por completo. Cuando la luminosidad se desvaneció, los tres Samuel habían desaparecido por completo.Simón, consciente de la desaparición de sus dragones, murmuró con una fría determinación:—Así que tu debilidad es la luz.—Si es así, ¡vamos a terminar co
—¡Simón, hoy será tu final!Samuel levantó su mano derecha, la cual estaba rodeada por un volcán de energía oscura que parecía palpitar con fuerza. Sus dedos se extendieron con determinación mientras sus ojos lanzaban un brillo muy frio. Cerró el puño con precisión y grito de inmediato:—¡Señor del Vacío, destrúyelo todo!Con esas palabras, el agujero negro suspendido en el cielo comenzó a disminuirse rápidamente, atrayendo todo a su interior con una fuerza devastadora e indescriptible. Los habitantes de Cielo Verde, aterrados, levantaron la vista directo hacia el cielo. Sus corazones latían con desesperación, conscientes de que Simón era su última esperanza. Si él caía, el destino que les esperaría seria la muerte.Incluso aquellos que alguna vez dudaron de Simón o lo criticaron, ahora rezaban para que pudiera sobrevivir. Esperaban que con cada movimiento de su ser que Simón lograra lo imposible e hiciera un milagro. Todos mantenían los ojos fijos en el cielo, observando asi con angus
En ese preciso instante, un ardor aterrador invadió el corazón de la mujer líquida. Ella, reconocida como la organizadora más poderosa de este mundo, ahora se veía impresionada, observando asi cómo alguien cualquiera había asesinado a su único hijo.—¡Simón, devuélveme a mi hijo!Le dijo: con un grito desgarrador, la mujer líquida alzó su mirada directo al cielo, dejando escapar un grito que resonó con ira y dolor el lugar. Mientras tanto, Simón, agotado hasta el límite, comenzó a caer lentamente desde las alturas. Sin embargo, las ocho vasijas de dragón, resplandeciendo con una luz blanca con gran intensidad, se elevaron con fuerza para lograr sostenerlo, permitiéndole asi caer suavemente hasta el suelo.Una vez que Simón estuvo seguro en tierra firme, las vasijas de dragón flotaron directo hacia el cielo y coincidieron en un único punto. En medio de un destello dorado, el maestro Delfín apareció en los cielos, observando a la mujer líquida desde lo más alto con una mirada tranquila
—Esto no es tu culpa, el Hijo de la Luz murió en este espacio-tiempo, pero el soberano de la oscuridad sobrevivió. Su poder sigue aumentando de forma gradual, tal vez esto sea el destino de este espacio-tiempo.—Ahora tomaré una parte de tu energía, para que el bien y el mal dentro de ti se mantengan en completo equilibrio. A partir de este momento, espero que puedas practicar con dedicación. Cuando hayas eliminado tus pensamientos malignos, podrás regresar a buscarme y con tranquilidad puedas recuperar tu energía.—Muchas gracias, señor Delfín.La mujer líquida hizo una reverencia profunda en señal de agradecimiento a Delfín, luego se transformó en un líquido negro que se hundió poco a poco en el suelo, desapareciendo. En ese instante, una luz dorada destelló y Delfín también desapareció. Ocho vasijas del dragón cayeron del aire y aterrizaron justo junto a Simón.En su sueño, Simón se dio cuenta de que estaba de pie sobre las nubes. Un dragón blanco se retorcía entre las capas de nube