—¿Quieres quedarte quieta?—protesto Gil soltando el cuerpo de Ellie sobre la cama. Ella se había quedado dormida en el auto, por supuesto, nadie había dicho nada mientras salían, pero la vergüenza y la rabia le habían hecho arder las mejillas a Gil, esa mujer lograba sacarlo que quicio. Ellie no dijo nada, seguía riéndose, pero era el alcohol quien la obligaba a sentirse entre las nubes, en medio de un sueño. Gil quiso alejarse de ella, si bien no tenía la apariencia de una vagabunda que se había quedado a media calle insultando a los demás, odiaba verla así, tan risueña e inexplicablemente molesta. Ya estaba arrepintiéndose de su decisión, pero no quedaba de otra. Las piernas de Ellie de pronto lo aprisionaron para impedirle que se fuera y cuando él se volvió hacia ella para replicar su audacia, ella se aferró un poco más. Estando ebria se decía a sí misma que era un sueño, uno donde podía controlar todo lo que pasara a su antojo y lo que en ese momento deseaba era a ese atractivo
Ellie abrió los ojos con pereza, no había bebido tanto, pero lo que habían servido en la fiesta de anoche había logrado una resaca digna de un vikingo. Se levantó de su sitio, aún llevaba puesto el vestido de la fiesta, lo malo era que lo había arrugado tanto que no sabía si podría volver a usarlo, pero enseguida supuso que la mujeres del estatus de Gilbert no debían usar la misma ropa dos veces. No había más remedio. Se dirigió al baño, una habitación similar a la de su futuro esposo, no se digno si quiera a mirarse al espejo, puesto que era probable que su maquillaje estuviera embarrado en todo su rostro y prefería evitar contemplar el desastre, pero al momento de agacharse un ligero mareo la invadió, tuvo que apoyarse sobre el mueble del lavabo para no perder el equilibrio y así permaneció un par de minutos. En ese momento recordó a su amiga Olivia, era muy curioso que se llamara igual que aquella chica que había conocido la noche anterior, sin embargo, la diferencia que había ent
—¿Qué estas haciendo? —preguntó Gil con cierta soberbia mientras caminaba por la estancia sin apartar la vista de ella.—Hablaba por teléfono—admitió ella sospechando que de cualquier forma lo sabría.—¿Con quién?—comenzó el interrogatorio mientras sacaba su teléfono móvil para revisar sus notificaciones, ya habían transcurrido varios días sin que pudiera ir a trabajar adecuadamente, aún no confiaba plenamente en Ellie como para dejarla sola, al menos no mientras no estuvieran casados y por ello había limitado su horario de trabajo a tres horas, tiempo suficiente para revisar algunos documentos y asistir a una reunión para estar al tanto de lo que acontecía a la empresa,pero lo que restaba a lo demás, Masón se encargaba de darle los detalles por correo.—Una amiga—respondió ella con la mirada agachada mientras jugueteaba con sus dedos, era un gesto demasiado infantil y tímido para alguien de su edad, pero no estaba acostumbrada a dar explicaciones de sus acciones, aunque se debía a qu
Ellie tamborileo sus dedos sobre la mesa mientras alzaba el cuello de vez en cuando, un tanto exasperada. Oliv no era el tipo de persona que llegaba tarde, ella era muy puntual, pero llevaba veinte minutos de retraso.Al mirar por tercera vez el reloj en la pantalla del televisor donde estaban emitiendo un noticiero, Oliv apareció por la puerta, tenía las mejillas rosadas y el cabello alborotado, la frente sudad y la respiración agitada, parecía que había corrido desde su casa hasta la cafetería.Alzó la mirada y busco el paredero de Ellie y al verla sobre un rincón se acercó a ella y dejó caer su trasero sobre la silla a su lado.—¿Porque llegas tan tarde?—se quejo Ellie, aunque sabía que estaba exagerando, veinte minutos no eran nada, pero como había perdido su teléfono en el incidente, no podia comunicarse con ella.—Lo siento—dijo Oliv con dificultad mientras trataba de meter aire a sus pulmones, había corrido varias manzanas para llegar a ese lugar, aunque técnicamente, se habia
—¿Estas realmente segura?—dijo su amiga no muy convencida de lo que decía—ni siquiera sé cómo es él, si es una buena persona, si realmente te merece.Ellie se quedó en silencio mientras meditaba sus palabras, no le quedaba más opción que mentir puesto que no conocía del todo a su futuro esposo, lo único que sabía de él era que vivía en un edificio muy lujoso y que prácticamente ya le había pagado por fingir ser su esposa un año, ningún hombre que la mereciera debía pagar por su compañía, así que probablemente Gil no era el tipo indicado por muy atractivo que fuese.—Es un hombre bueno—mintió—no te preocupes por eso.—¿Realmente puedo confiar en él?—Por supuesto—Ellie apretó su puño por debajo de la mesa para no morderse la lengua.Oliv se quedó en silencio y con el ceño fruncido mientras meditaba lo que Ellia le decía, estaba enojada o quizás más que eso, estaba furiosa por lo que Ellie había hecho, con Oliv a su lado era como tené una mamá todos los días, ni Oliv y Ellie tenían tiem
Queriendo o no, Ellie le mostró el camino a su amiga, esperaba que Gilbert no se encontrara en casa, aunque eso era técnicamente imposible pues acababa de llegar.—¿Qué hacemos aquí? —replicó Oliv al ver la fachada del edificio, no parecía ser un edificio de departamentos, además de que se encontraba en una zona exclusiva que seguramente costaba una fortuna poder llegar a vivir ahi. Entonces miró de reojo a Ellie, quien le indicó avanzarán hacia el interior.—Me parece que viviré aquí un tiempo, mientras buscamos otro sitio para vivir—le explicó para calmar sus nervios, ella misma se había mostrado nerviosa al darse cuenta en el lugar donde Gilbert residía.—Pero este lugar luce bastante costoso—indico Oliv mientras se encaminaban al ascensor. El vestíbulo prácticamente estaba vacío a excepción de los guardias de seguridad que las observaban en el mostrador de recepción, por supuesto ninguno dijo nada ni tampoco se molestaron en detenerla puesto que Gil ya les había advertido de su pr
Oliv se adentro en el closet dejándose perder entre las etiquetas de diseñador y trajes exclusivos, por supuesto, Ellie la miró un tanto incomoda puesto que aquello no duraría para siempre, era únicamente para aparentar en el mundo de Gilbert.—¡No puedo creerlo! —grito Oliv desde el interior del closet—¿Todo esto te lo compro tu prometido?Ellie no contestó y de todos modos aunque lo hubiese hecho, quizás no la hubiese escuchado.—Creo que este me queda—dijo en voz alta, sin darse cuenta que por la emoción Ellie la había escuchado.De pronto mientras Ellie miraba la ropa moverse por causa de su amiga que indaga a entre los atuendos, llamaron a su puerta. Ella se levantó de su sitio un tanto alarmada y por miedo no respondió los primeros segundos.—¿Podemos hablar? —dijo Gil del otro lado.—¿Ahora?—musito ella maquinalmente.—Si, es un asunto importante.—Enseguida salgo, me estoy cambiando—expresó apretando la mandíbula, esperando que le creyera, no sabia como le explicaría la presen
—Una vez acordado el asunto, lo único que queda es firmar—dijo Bruce acercando el bolígrafo hacia los dedos de Ellie, ella lo miró un instante, aún estaba en shock por la cantidad que había visto escrita, pero hasta ahora Gil había cumplido con su parte, por lo que no dudo en tomar el bolígrafo y trazar su firma sobre el. Par de hojas donde estaba escrito su nombre.—¿Eso es todo? —cuestiono pensando en el otro contrato que había girado, aunque esta era el de la compra de la casa—¿O tendre que seguir firmando papales toda la semana?Bruce esbozo una sonrisa.—No, claro que no,aunque el último papel de falta por firmar, sería el de la acta de matrimonioGil se dejó caer sobre la silla giratoria de su oficina.—¿Entonces puedo irme? —solicito pensando en su amiga y en el tiempo que ya la había dejado sola.—La verdad quería discutir contigo sobre nuestra boda, por lo general son las novias quienes se encargan de la planeación, pero si necesitas ayuda podemos ver a un asesor o mejor aún,