El rostro de Lara era un completo poema. La ambivalencia de lo que este hombre podría llegar a ser le resultaba completamente desconcertante. ¿Cómo podía haber dos naturalezas tan antagónicas en la misma persona?— Qué tú haces, ¿Qué? — Lara dejó escapar con una mezcla de sorpresa y temor.¿Cuántas caretas podría tener Waylon Scott?— ¿Lo ves? ¡Eso es lo que logras cuando ocultas una cosa tan importante y peligrosa a alguien como tu prometida! — Escupió Walter.— No es tan importante, papá, muchas personas lo hacen y nadie anda por ahí gritándolo a los cuatro vientos — Se escudó, ¡Como si fuera una cosa tan común, querer estar en medio de un conflicto bélico!— Nunca te he pedido que lo grites a voz en cuello, Waylon, ¿Pero a ella? ¿Es en serio? — La expresión de Walter era incisiva. Waylon se revolvió en la silla con incomodidad.— Supongo que le debo una explicación, pero no es por eso por lo que vinimos hasta aquí, ¿Verdad papá?La mirada de Waylon se entrecerró sobre su padre.—
Lara necesitó girar el rostro para no caer redondita en los bien formados labios de Waylon.— Creo que deberíamos seguir el consejo de mi padre, te llevaré a conocer la propiedad, así nos despejamos un poco de este mal rato — levantándose y extendiendo la mano hacia ella.La rubia observó la mano extendida del empresario y dudó un segundo, pero luego pensó que Walter era demasiado perspicaz como para no estar vigilándolos de algún modo, y ya que se había “salvado por la campana”, era mejor no seguir tentando a la suerte.Asió la mano de Waylon ignorando el cosquilleo que sentía recorrer su piel desde su mano al contacto con la de él hasta su brazo, y caminó a su lado como lo haría una pareja normal.— ¿Crees que tu padre pueda atraparnos en la treta? — ella preguntó en baja voz, negándose a mirarlo. Cada vez que lo hacía su cerebro no terminaba de conectar con el resto del cuerpo.— Supongo que es muy inteligente y que los golpes de la vida, si algo enseñan, es que no podemos fiarnos
El color huyó del rostro de Lara al quedarse viendo la diminuta prenda.— Puedes cambiarte allá — él le dijo señalando hacia una construcción rústica enorme, tipo bohío, que estaba parcialmente construida dentro del agua y conectada a otras dos iguales, por medio de puentes de madera sobre el agua, y con acceso a un muelle.Lara tomó el bolso con las cosas y el traje de baño y caminó torpemente hacia el bohío.Al entrar, se quedó boquiabierta. El lugar estaba hermosamente diseñado con cortinas blancas ondeadas al viento, sillones bajos con cojines de todos los tamaños en tonos manzana y naranja fuertes que contrastaban con la madera de los pisos y techos.Un amplio bar se extendía de un lado, y una cocina y el asador con amplia isla de madera estratégicamente ubicada le dio la impresión a Lara de que ahí se llevaban a cabo unos asados espectaculares.Las luces colgaban hermosamente del techo y los muros de cristal hacían que el lugar se fundiera con el paisaje tropical de ensueño.Des
Lara se apresuró a correr de regreso a la casa sin siquiera mirar atrás. Necesitaba poner distancia entre ella y Waylon o se arrepentiría.« No mezcles el trabajo con otra cosa, Lara; necesitas mantener la cabeza fría y en su lugar ». Se reprendió más tarde cuando se vestía para la cena.Estaba dándole los últimos toques a su maquillaje con la ayuda de un tutorial, no acostumbraba a arreglarse tanto, cuando él cruzó por la puerta.— Ya estás, lista… — apenas pudo articular, desviando la mirada con dificultad y proponiéndose firmemente a mantener las relaciones contractuales a raya.— Sí, no quiero hacerle un desplante a tu padre, estamos en la cuerda floja, es mejor no darle motivos para que se enoje.Él sonrió. Si se estuviera casando de verdad, seguramente su prometida no sería tan cuidadosa en mantener las buenas relaciones con el suegro, ni sería tan inteligente para no cabrear a Walter Scott por una nimiedad como la puntualidad en la cena.— ¿Tardarás mucho? — Ella lo miró de reoj
— ¡Ya están todos! Y fueron muy puntuales, me alegra ver que la familia continuará guardando las buenas costumbres — Walter saludó al entrar al comedor familiar.Durante la cena, Lara mantuvo los nervios a flor de piel. Cuidar la compostura y los modales en la mesa no era cosa fácil, sobre todo para una chica que nunca necesitó conocer cuántos dientes tiene el tenedor del plato fuerte y cuántos tiene el de la ensalada.Hizo todo lo posible por no cometer errores, pero era imposible no meter la pata en alguna cosa. Ashley, que se dedicó a estudiar a la rubia con segundas negras intenciones, no tardó mucho en descubrir que la joven no tenía la formación de una “niña rica”, y que podría usar eso a su favor, si sabía cómo hacerlo.No estaba muy contenta con encontrar a Waylon comprometido cuando decidió reaparecer, contaba con que Rowdy sería el vehículo perfecto para acercarse a él después de tantos años, y que, con el estímulo suficiente, caería de nuevos en sus redes.Estaba arrepentid
Walter observó el espectáculo de soslayo, y sintió compasión por la rubia cuando el caracol pasó derrapando a escasos centímetros de su plato.Había descubierto que la chica no era de “sangre azul” desde que la vio, y eso le simpatizó.Siempre le preocupó que Waylon se codeara solo con gente con status inalcanzable para el resto de los mortales, y que eso eventualmente lo endureciera y lo convirtiera en un hombre despreciable e inhumano, un riquillo déspota.Pero que su prometida no fuera del círculo de personas que usualmente frecuentaba, le traía a Walter un poco de paz. Tal vez no todo estaba perdido para su hijo, aunque Rowdy se empeñara en decir lo contrario.El viejo Scott levantó la vista para ver a la rubia en shock. El rostro pálido como un papel, los labios sin color alguno, y las manos trémulas le hicieron sentir que había ido muy lejos al pedir que prepararan ese menú especialmente, y no otro.—Ja, ja, ja — Walter dejó salir en tono despreocupado y familiar — Lara, cambia
Lara sintió una suave ráfaga de viento, y el sonido de la puerta al cerrarse. Los pasos acompasados de Waylon en sus característicos zapados de marca la hicieron girar la vista con temor.Seguramente él estaba lo suficientemente molesto como para disolver el contrato. ¿Qué iba a hacer ahora?Se irguió pegando la espalda a la pared y encogiendo las piernas mientras se abrazaba a sí misma. El empresario se inclinó hasta su nivel.— ¿Estás mejor? — Su voz era suave y aterciopelada.Ella apenas asintió con un ligero movimiento de la cabeza.— Sé que mi mundo a veces puede ser agobiante.— ¿A veces? — Ella intentó ofrecerle una sonrisa, pero en medio de las lágrimas y la desazón de la noche, solo pudo hacer una mueca de dolor.Waylon se sentó junto a ella, hombro con hombro.— A veces… — repitió — No siempre las personas son tan excéntricas con la cena, bueno, las personas que no son Walter Scott, claro…Ella levantó la mirada y estudió el perfil angulado y hermoso de Waylon.— Tu padre fu
A Waylon lo despertaron los golpes en la puerta.¡Toc, toc, toc!El hombre abrió los ojos todavía adormilado, y escuchó de nuevo los sonidos insistentes.¡Toc, toc, toc!— ¡Qué carajos!Se enderezó, dejando caer al suelo la manta que lo cubría cuando vio el movimiento de las sombras bajo la puerta.— ¡Waylon! ¿Ya estás despierto? —La voz de Walter estaba del otro lado.El heredero explayó los ojos al sentirse prácticamente atrapado en su farsa.— ¿Waylon? Si no abres tú, ¡Lo haré yo!El hombre tomó la manta y la lanzó apresuradamente bajo la cama, y de dos movimientos se deslizó con cuidado bajo las sábanas, acomodándose junto a Lara y empujándola con suavidad, solo un poco, para hacerse un espacio.La joven dio un respingo al sentir las grandes manos de Waylon sobre su cintura y casi quedó sentada de la impresión.— ¿Qué haces en la cama? — soltó del susto.La sabana se deslizó de su cuerpo, dejando sus pechos descubiertos y apenas vestidos con la pequeña blusa de tirantes y encajes