Me desperté con la suave caricia de Dania en mi cabeza, ella susurraba que ya era hora de despertar. Abrí los ojos y ella estaba sentada en mi cama pasando sus manos por mi cabello mientras me miraba con una tierna sonrisa.

Ella me recordó a mi madre ya que solía despertarme personalmente siempre que era un día importante. La verdad es que Dania era la viva imagen de ella y al verla de esa forma me causó algo de nostalgia.

-Me recuerdas a mami – dije con voz triste. Ella sonrió con los labios serrados y siguió acariciando mi cabello – ella siempre me despertaba de esta forma.

-Lo sé, ella estaría muy feliz en este día, estaría muy orgullosa de todo lo que has logrado, igual como yo lo estoy – dijo ella con voz suave. Me incorporé en la cama y le di un cálido abrazo. Me sentía tan feliz de que ella estuviera conmigo el día de mi boda.<