Natalie lo miró fijamente y se burló, “¿En serio? ¿Por qué siento que es porque te preocupas tanto por ella que no puedes soportar ver a alguien destrozándola?”.

La expresión de Xavier se quedó en blanco. “Nat, ¿no sabes lo que siento por ti? Han pasado tantos años, ya he...”.

Natalie no tenía ganas de escuchar nada de lo que él tenía que decir, así que lo interrumpió con frialdad y levantó las mantas para salir de la cama. “Eso es suficiente. No es necesario que digas nada más”.

Los ojos de Xavier siguieron sus movimientos, pero su expresión permaneció perpleja. No fue hasta que ella se puso las pantuflas que él preguntó: “¿A dónde vas?”.

“Puedes dormir aquí solo. Me voy a la habitación de invitados”.

Xavier se quedó sin palabras.

No había forma de que dejara que Natalie durmiera en la habitación de invitados esta noche. Él nunca accedería a dejarla dormir allí. ¿Qué pensaría su familia cuando vieran a la pareja durmiendo en habitaciones separadas?

Sin mencionar que él tenía un