—Jeje… —ella se rio entre dientes.

La risa abrupta sobresaltó a todos en la habitación, ya que hacerlo era indecoroso en medio de la solemnidad del salón de luto. Daba la impresión de que Lily no se tomaba con seriedad al difunto ni a los mayores.

Como el mayor, Jonathan oscureció su rostro y dijo solemnemente:

—¡Lily! ¡No seas tan grosera frente al ataúd de tu abuelo! ¿Cómo te atreves a reír? ¿Cómo honras a tu abuelo que te crio?

—Tío abuelo Jonathan, ¿cómo no podría reírme de esta ridícula telenovela en el memorial de mi abuelo? Si el abuelo está en el cielo en este momento, se reirá mucho de esto. ¿No lo crees? Acaba de fallecer y algunas personas no pueden esperar para hacer olas.

Henry la miró fijamente.

—¿Quién crees que está haciendo olas?

—¡Estoy segura de que los que están haciendo olas saben mejor! —Lily le dio la vuelta al mirarlo a los ojos con audacia y acercarse lentamente a él—. ¡Tío Henry! Si bien te llamo tío por respeto a tu edad y experiencia, te acon