Nathaniel empezó a sudar frío en su oficina mientras miraba intensamente su monitor. Nunca imaginó que Lily tendría semejante as bajo la manga. Tampoco esperaba que Olivia tuviera un registro de los datos de la investigación.

“¡No! ¡Todavía puedo darle la vuelta a esto!”. Tropezando, Nathaniel se puso de pie.

Recordó haber conseguido que Melanie reescribiera una copia de las notas cuando quisieron demandar a Lily en aquel entonces. Esta vez podría servirle como prueba.

Después de rebuscar por toda la oficina, encontró el nuevo cuaderno enterrado en lo más profundo de uno de los cajones. Lo puso sobre la mesa, preparándose para sacarle una foto, pero se congeló bruscamente.

Nathaniel había olvidado un detalle importante. Cuando Lily se fue, también le dejó problemas a él, porque parte de los registros eran incorrectos. No eran errores flagrantes, así que Melanie lo copió todo sin hacer correcciones, ya que le resultaba imposible encontrarlas en los gruesos libros. Si publicaba la