—Espera Elle, no puedes ir a tu casa —dije al subir en el taxi, teníamos que cerciorarnos primero de que estaría a salvo.
—No te preocupes, estaré bien—respondió.
—Puedes quedarte en mi departamento si gustas—respondí.
—No, ya has hecho mucho por mi—respondió—, Imagínate deberte tanto…no gracias.
—¿Deberme? No me debes nada, Elle—respondí—, Todo lo que hice, lo he hecho sin esperar nada a cambio de tu parte.
—¿Segura? Odiaría deberte algo—respondió, si nuestra víbora regreso.
—Si segura, no me debes nada víbora—respondí, riéndome y ella ladeo una sonrisa.
El silencio se instaló en el taxi hasta llegar al edificio, nos bajamos del auto y subimos al pórtico. Saludando al guardia y pidiendo el ascensor. Elle iba
Mi mente daba vueltas, me sentía mareada y fuera de lugar. ¿Acaso Lady Vivian decía la verdad? ¿O solo me estaba manipulando como solía hacerlo siempre? Respire hondo y rebusque por la habitación hasta encontrar mi laptop. La encendí y comencé a morderme las uñas. Los nervios me estaban carcomiendo, con mis manos temblorosas teclee en el ordenador buscando la página web del registro civil francés. En la barra buscadora proporcione el nombre y la identificación de mi supuesta hermana. La página estaba cargando y enterré mis uñas en mis palmas, cerré los ojos con fuerza y suspiré, necesitaba calmarme. Los abrí y revisé la información que aparecía en la pantalla de mi laptop, no podía ser cierto, esto debía ser una jugarreta de Lady Vivian. Aparecía la fotografía de una chica rubia, ojos verdes, tez
Mientras iba en el taxi apoye mi cabeza en la ventana del auto, observando las calles y los alrededores de la bella ciudad de Londres. No sabía a ciencia exacta cuanto tiempo me demoraría en volver a verlas, tampoco sabía cuándo volvería a ver a James. Retorcía mis dedos en mis piernas producto de la ansiedad que me ocasionaba el hecho de no saber en lo que me estaba inmiscuyendo. Pero, se trataba de mi hermana, la única familia que me queda. No puedo simplemente dejarla ahí dentro, también tenía miedo de que no estuviese en las manos de ese grupo criminal. Pero no lo averiguaría si no entraba, no había opción. ¿Cómo iba a soportar que otros hombres me toquen? Una lagrima bajo por mi mejilla, la seque con mi mano y suspire intentando calmarme. El taxista se detuvo frente a una enorme casa blanca, cancelé el valor del viaje y le agradecí. Al bajar divis
Llegamos al sitio en cuestión, era un bar muy elegante. No podía creer que fuera el manto de tan horrible negocio, Antuan me pidió que actuara como confundida, ya que le haría creer al proxeneta que había venido engañada pensando que trabajaría como camarera o mesera. Al bajarnos del taxi sentí mis piernas flaquear, no podía estar más nerviosa. Respiré profundo y le di un asentimiento a Antuan de que estaba lista, él tomó aire y camino a mi lado hasta la entrada. Donde había un guardia de seguridad, al decirle el nombre de a quien buscábamos nos dejó pasar. Enterré mis uñas en la palma de mi mano, era la única manera de relajarme. Caminamos al interior del lugar, tenía una pista enorme de baile, un escenario donde había chicas bailando sobre tubos y telas, una gran y muy bien iluminada barra, mesas con asientos, algunos sofás y chi
—¿Qué te ha hecho, Alexandra? ¿Te hizo acostarte con él? —pregunté alarmada, luego de que todas se recostaran en sus camas y ella se pasara a la mía para conversar mejor sin levantar sospechas.—Por suerte no, dijo algo que aún tenía oportunidad de salir de aquí—respondió y respire con tranquilidad—, ¿Cómo es que paraste aquí? Es el infierno, hermana.—Vine por ti, no podía creer que tuviera una hermana, me lo ocultaron por mucho tiempo. Apenas me entere y planee todo para sacarte de esto—respondí en voz baja.—Eso quiere decir que ya pasaste por tu asquerosa cama, ¿verdad? —preguntó con sus ojos nublados en lágrimas —, Lo siento tanto, Bloom. No debiste haberlo hecho por mí, no tenías por qué venir a buscarme.—Estas aquí por mi cul
Caminamos seguidas y custodiadas por los hombres de nuestro proxeneta. Subimos al ascensor y nos llevaron hasta la habitación donde nos esperaban los clientes. Sentía latir mi corazón con fuerza, tenía muchos nervios. Al llegar note que era la mejor suite del hotel, la presidencial. Era sin duda alguna un gran evento, la música se escuchaba fuerte y los gritos de varios hombres alertaron mis oídos. Tocamos la puerta y nos abrió un hombre mayor un tanto regordete, nos miró de arriba abajo a todas y silbó.—¡Joder! ¡Nos invadieron! —gritó el hombre abriéndonos paso, entramos siguiendo la coreografía. El regordete hombre nalgueo a la chica de la ducha, Betty.Nos posicionamos en el espacio libre y cambiaron la música por la de nuestra rutina, comenzamos a bailar y al levantar mi vista, sentí un increíble nudo en mi garganta. Me que
Los días han pasado de manera lenta, dolorosa y humillante. Cada día es peor que el otro, no me había tocado hasta ahora una persona abusiva como le tocaba a Melody, por ejemplo. Pero eso no lo hacía menos terrible, había estudiado cada movimiento del lugar. Tenía una idea de cómo salir de aquí, pero tendría que matar a alacrán. No es que no quisiera hacerlo, porque después de violarme, no había mayor cosa que deseara. Pero estaba segura de que me temblaría el pulso, después de todo no soy una asesina, suspire con pesar.Melody llevaba días sin musitar palabra alguna, estaba en una especie de shock. No decía absolutamente nada, era un zombie andante. Estaba preocupada por ella y su salud mental, era entendible. A la pobre le habían tocado clientes muy degenerados y psicópatas, la última vez que habló me contó que tuvo
Mi mente despertó del sueño profundo en el que había caído, intente moverme, pero me dolía todo el cuerpo. Estaba conectada a varios cables y el sonido de las maquinas hacia doler mis oídos. Estaba en un hospital, al menos no morí, primero tengo que salvar a James. Enfoqué mi vista y vi a Alexandra dormida en el sofá de la habitación con Elizabeth a su lado, quien la abrazaba con fuerza. Sonreí con suficiencia, ella estaba a salvo en los brazos de su madre. No encontré por ningún lugar a Betty, pero suponía que ella siguió su camino. Después de todo llevaba mucho tiempo encerrada en ese horrible lugar. Elizabeth se removió incomoda y despertándose, me dio una mirada cargada en ternura.—¡Bloom! ¡Despertaste, gracias al cielo! —agradeció, levantándose y caminando hacia mí. Me abrazo con suavidad—,
Junto con Melody salimos de la habitación, James se encontraba sentado en el sofá grande hablando por teléfono. Mientras que Elizabeth y Alexandra estaban recostadas en los otros medianos. El ambiente se sentía tenso y pesado, cuando me vieron acercarme se acomodaron en sus asientos, James colgó su llamada telefónica. Trague saliva y tome aire llenando mis pulmones para poder hablar.—Necesitamos ponernos a salvo, no podemos seguir en este departamento—avisé—, Tengo ahorrado dinero que puede servir para salir del país.—Yo soy la heredera de la fortuna de mi esposo—respondió Melody—, Podemos irnos a Milán, hay propiedades y puedo conseguir las llaves.—Perfecto, mientras más lejos mejor—respondí—, Deben tener mucho cuidado, no dar sus nombres reales y evitar el foco público. Recuerden que Lady Vivian, tien