“Bueno, está bien”.

Luna respiró hondo y miró a Joshua con indiferencia. “Ya que eres tú quien lo sugirió, lo haré”.

En ese momento, no solo había que cuidar a Nigel, sino también a Nellie. Además de eso, ella tenía que lidiar con Jason más tarde y... ocuparse de la enfermedad de Nigel.

Su viejo apartamento en Residencias Lago de los Cisnes era demasiado pequeño e inadecuado para seguir viviendo allí.

Parecía que la Villa Bahia Azul de Joshua, junto con las otras condiciones que él ofreció, serían las opciones más adecuadas.

“Me mudaré mañana”, dijo Joshua con una risa amarga. Él miró sus hombros huesudos y quiso estrecharla entre sus brazos, pero decidió no hacerlo al final.

Ella tenía demasiados malentendidos sobre él; tanto el incidente de hace seis años, como el de hace un mes.

Él nunca podría soportar hacerle daño, pero ella siempre lo había odiado.

Joshua respiró hondo, y se volteó para mirar a Nigel y Nellie jugando.

“Puede que no quieras escuchar esto, pero aún así ten